NO PUEDO IRME....

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Itona: -lo agarra de su chándal, molesto- ¡¿Jugaste con ella por su hermano y un capricho tuyo?!
Maehara: -sorprendido- ¿Cómo lo_?
Itona: ¡Te hice una pregunta!
Maehara: ¡Tranquilo! ¡ya se que hice mal y ya pedí perdón! ¡fue un error que cometí y lo acepto! ¡¿pero por qué tú estas tan molesto?!

El pelinaranja recibió un fuerte puñetazo en el rostro que lo llevó al suelo adolorido, mientras que los ojos amarillentos del contrario se apagaban de la rabia.

Itona: Confié que tú la querías y yo no iba a entrometerme, que la harías feliz, que a pesar de que yo no estuviera con ella, yo sería feliz porque ella es feliz...eso me bastaba...y tú...

Lo agarra de la chaqueta, haciendo que este lo mirara.

Itona: Dejé todo para que fueran felices a pesar de que yo sufriría porque ella le sonreía a otra persona que no era yo...
Maehara: Tu...¿estas enamorado de ella?

El albino entrecerró sus ojos, la respuesta era obvia pero le costaba decirlo por alguna razón, más el otro lo notó en la mirada del chico, al solo pensar en ella sus pupilas se dilataron, provocando una leve sonrisa en este.

Maehara: -oculta su mirada con su cabello- Ve al aeropuerto, aún estas a tiempo...
Itona: -confundido- ¿Tiempo a qué?
Maehara: Ella se va a su país natal hoy.

Como si le quemara, lo soltó algo atónito para darse la vuelta y correr sin mirar atrás. Adolorido limpio la poca sangre de su labio ahora partido con una expresión neutra para después sonreír levemente mientras miraba el cielo.

Maehara: Espero que esto page gran parte de mi error.

En el aeropuerto, la chica estaba hablando con Karma, quien le deseaba suerte en el viaje y se disculpaba por no poder despedirse como es debido, claro, todo eso entre bromas y palabras incoherentes.
Al menos había hecho amigos en Japón, nuevos recuerdos y nuevas experiencias.

Handal: -murmura- Itona...

Su propio murmullo la sorprendió, reposando su cabeza en la palmas de sus manos y sus codos en sus rodillas, ¿por qué había pensado en él?...allí fue cuando cayó en cuenta el por qué de su angustia.

Handal: No puede...no...

En cuanto a Itona, estaba ansioso en el bus que estaba a tres cuadras de su destino, ya cansado se bajó y corrió lo más rápido posible, pasando la entrada mientras esquivaba a las personas y mirar a su alrededor desesperado.

Itona: Que no sea tarde... -empieza a correr- ¡que no sea tarde!

Los altavoces anunciaron el vuelo que ella partiría, por lo que limpió rápidamente sus lágrimas rebeldes para después coger su maleta y pararse rumbo al avión.

Handal: <¿Qué te sucede ____?¿desde cuándo y por qué has cambiado tanto?> -sale una lágrima- <por él...él no vendrá, ya resígnate, si no lo haces...yo te mataré _____>

-----: ¡______!

El grito desgarrador y triste detuvo el caminar de la misma, reconocía esa voz donde sea. Algo temerosa miró sobre sus hombros, captando la mirada ámbar del contrario, causando que ella se sorprendiera más.

Handal: ¿Q-Qué haces aquí?

El albino tembloroso se acercó a ella aún con la mirada perdida en esos ojos zafiro que lo enloquecía.

Itona: <Ya no dudes más>

Ahora seguro de sus acciones, llego a ella para agarrarla del rostro y besarla como si no hubiera un mañana, dejando fluir todos sus sentimientos reprimidos por casi meses.
A ella le costó procesar lo que estaba pasando, no sabía cómo supo que ella estaba ahí, porqué la estaba besando, su dos yo estaban en conflicto dentro suyo, pero esta vez las calló.

Handal: <al diablo todo, no puedo irme sin ti>

Ella le correspondió el beso, rodeando el cuello del chico mientras que este sonreía y la apegaba más a él al rodear la cintura de ella.

Al fin eran solo ellos, sin nadie más de por medio.

El Destino Del Peliplata Y La Peliceleste (itona y tu)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora