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—☁️—




Como era de esperarse, Bruce eligió un lugar alejado de todo el bullicio de la ciudad para pasar el rato con Beth. Esta vez siendo un campo despejado en la zona alta de Gótica donde tenían un panorama de las luces de los edificios y el cielo estrellado encima suyo. Tomaron asiento en el pasto a un par de metros de la motocicleta, ambos con las piernas dobladas cerca del pecho y manos encima de las rodillas.



—Ese tal Clark...—habló Bruce mirándole—parece ser un buen hombre.



—Es simpático. Me recuerda a un cachorrito. Y tiene sonrisa de modelo como los de las revistas en el dentista—permanecía con los ojos en el cielo despejado.



—Y es de Metrópolis.



—La ciudad modelo del país.



—¿No te gustaría vivir allá? Sin crimen, sin miedo.



—Sigo prefiriendo Gótica—hizo una pausa antes de seguir—pero no me trajiste aquí para hablar sobre Clark ¿o si?



Negó bajando la mirada un momento. Había repasado varías veces lo que le diría para evitar olvidar algún detalle y aún así le costaba un poco hablar.



—Me di cuenta de que te alejé para mantenerte a salvo—ella giró la cabeza lentamente en su dirección—pero tú terminaste salvándome a mí. De nuevo, como lo has hecho desde el principio.



Beth se había sentido inservible toda su vida, sin un futuro en específico. Aquellas palabras de Bruce parecieron darle sentido a una parte suya que llevaba años sin solucionar. Estaba segura de que su destino era estar con él, de todos modos el miedo seguía allí ¿qué tal si no siente lo mismo?




—Pero probablemente no quieras nada conmigo ahora que los secretos de mi familia salieron a la luz. No puedo ocultarlos, siempre me seguirán.




—Bruce—extrañaba la manera en que pronunciaba su nombre, se sentía tan correcta, tan reconfortante—a veces un apellido es sólo eso, un apellido. No podemos vivir a la sombra de lo que hicieron nuestros padres sin importar si fue bueno o malo. Así como yo estoy rompiendo el círculo en mi familia, también lo haces tú. Quizá no sea un ejemplo muy comparable pero ese es mi punto.



Su expresión se mantenía igual, sus ojos se enfocaron en el pasto más allá de sus pies y no decía nada. Beth continuó antes de que olvidara todo lo que le quería decir.



—Sé que el Acertijo hizo que las heridas sangraran, pero no tienes que enfrentar todo tú solo. Ahora me tienes a mí y te puedo ayudar con eso, si es que me lo permites.



Conectó sus miradas. Bruce, como siempre, tratando de analizar sus expresiones asegurándose de que lo decía en serio. No hacía falta, pero era una costumbre que no podía dejar de un día para otro. Ella le ofreció su mano la cual observó dudosos unos segundos, hasta que finalmente entrelazó sus dedos haciéndole sonreír.



—Hay otra cosa que debo decirte—Beth ladeó un poco la cabeza—la chica de la grabación, su nombre es...



—Selina—completó, él lucía confundido—pateamos traseros de minions juntas. Y parece que sabía de mí más de lo que yo sabía de ella.



—Eso es porque le conté que pertenecía a alguien más cuando trató de besarme. Supongo que supo que eras tú al verte allí. Escuché que dejó Gótica hace unos días.



Beth desvío la vista analizando lo que acababa de escuchar; Selina debió estar coqueteando con él como para llegar a ese punto. Pero conocía a Bruce y lo torpe que era en situaciones así, probablemente malinterpretó alguno de sus gestos que le dieron entrada a querer besarle. Ahora enfocándose en la palabra que usó...



—¿Pertenecer?—preguntó en voz baja mirándole de nuevo.



—Es la palabra que mejor describe lo que siento por ti. ¿La usé mal?



Negó mientras esa sensación cálida en su pecho se hacía presente. No muy seguido abría sus sentimientos de esa manera y que lo hiciera en ese preciso momento le daba a entender que lo estaba intentando. Eso y la hora que era.



—Espera, ya es de noche. ¿Qué no tienes que...?—señaló con su mano libre la ciudad.



—No. Hoy no.



Dicho esto, comenzó a acercarse a ella soltando su mano para llevarla a su mejilla y acariciarla mientras sus labios se encontraban por unos segundos. Mismos que tanto Bruce como Beth habían esperado desesperadamente. Ni siquiera hizo falta decirse con palabras cuánto se extrañaron.



Al separarse, Bruce recorrió sus facciones como de costumbre. Amaba admirar cada pequeño detalle de ella como las pecas bajo sus ojos, el delineado ligeramente más largo en un lado que el otro y las mejillas rojizas que se coloreaban cada vez que le tocaba. Pero había uno que era nuevo; la cicatriz y marcas moradas en su costado de su cuello que el choker de plástico negro no cubría del todo. Recordó lo que sintió cuando la arrebataron de él, el cosquilleo de la adrenalina corriendo por su sangre al tomar a ese tipo como si no pesara nada, el miedo de perderla para siempre.



—No es nada—dijo dándose cuenta de su mirada—de hecho, creo que me hace parecer ruda. Como un pirata. O Han Solo.



Sonrió ante su positivismo. Siempre le encontraba el lado bueno a las cosas, incluso a las marcas de una pelea donde la llevaba de perder.



—Si, un poco...—bajó lentamente la mano.



—Ya que hablamos de ese día, ¿leíste mi artículo?



—Compré todas las copias del puesto de la esquina y leí cada una de ellas—Beth sonrió, bajando la mirada—no me sorprende que seas la más talentosa de la clase, desde el principio lo supe.



—Lo dices porque eres mi novio—al darse cuenta de lo que dijo, llevó sus ojos a los de él—mejor dicho, eras. O...¿lo eres?



—No lo sé, nos besamos hace segundos—respondió encogiéndose de hombros—te...¿te gustaría volver a lo que éramos antes?



—Nada me gustaría más que eso—acomodó parte del cabello de Bruce que caía sobre su rostro—¿y sabes? Creo que hoy dejaré la ventana abierta. Hace un clima agradable...



Sonrió entendiendo la indirecta ¿era posible que la amara aún más que días anteriores?

afterglow     ⸺     bruce wayneDonde viven las historias. Descúbrelo ahora