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—🌤—





             Beth colgó su impermeable negro en cuanto salió del ascensor acompañada de Alfred. Las pláticas tomaron más de la cuenta añadiendo que la lluvia empeoró mil veces el tráfico por lo que eran casi las diez cuando regresaron a la Torre.







Sin perder tiempo se dirigió al comedor donde dejó su bolso con la laptop dentro, buscando al mismo tiempo a quienes le esperaban. El sonido de la televisión en la sala le guió hasta allí.








La escena que encontró le derretía de mil maneras diferentes por dentro: Dick se encontraba con la cabeza recargada en el brazo de Bruce —mismo que le rodeaba de manera protectora— ambos durmiendo tranquilamente siendo iluminados por los comerciales de la televisión abierta. Beth se llevó las manos al pecho soltando un pequeño suspiro. Aprovechó para sacar su celular del bolsillo y capturar el momento. Una vez hecho esto se acercó al par uniéndose a ellos aunque despertando a Bruce en el intento.








Hola—dijo adormilado, en voz baja, estirando su brazo libre para ahora rodear a Beth—planeábamos esperarte pero...








—Lo siento—levantó ligeramente la cabeza para mirarle con su cabello castaño por ningún lado y ojos claros reflejando la luz de la pantalla—Todo se alargó y sabes cómo son las calles con la lluvia.








—¿Qué tal si llevo a nuestro Ewok a su cama y me cuentas sobre tu día abajo?








Beth asintió con una sonrisa antes de besar su mejilla. 








No mucho después le miraba desde la silla que estaba allí especialmente para ella, cambiarse. La lluvia hacía que el viejo túnel oliera a tierra mojada pero también que la temperatura bajara el doble. Por eso mismo usaba una de las sudaderas de Bruce que encontró entre folders con el logo del GCPD.







—Pero dime, ¿qué tal se portó Dickie?—subió un pie a la silla, atrayendo su pierna hacia su pecho.







—No dio molestia alguna—subió el cierre de su bota con facilidad—se podría decir que fue una linda tarde pese a no tenerte aquí. ¿Porqué la pregunta?








—Creo que se está adaptando muy bien—detuvo lo que hacía para mirarle. Ladeó un poco la cabeza con curiosidad y atención—digo, él viene de un lugar muy diferente donde todos, literalmente, se la pasan riendo. Capaz nos ve como salidos de una película de Burton con tanto negro y silencio...pero eso es cool ¿no?








Se acercó a paso lento hasta quedar enfrente suyo y tomar la otra silla, ubicándose ambos a la luz de los monitores.







—Muy cool—ella sonrió. Bruce acarició su mejilla con ternura—¿sabes? Cuando fui por él al colegio pasó algo curioso.








—¿La maestra se quejó de nuevo por querer volar?—Bruce frunció el ceño sin saber el contexto—uy, eso era lo que se me olvidó contarte la otra vez...¿recuerdas la vez que lo encontré encima del candelabro del recibidor? Pues a sus compañeros les gusta cuando hace ese tipo de cosas y lleva días escalando el estante más alto de la biblioteca para saltar, hacer sus trucos de Grayson volador.








—Eso suena a algo que Dick haría—ambos soltaron la risita—quizá con una pequeña donación se olviden del incidente.







—Y eso suena a algo que Bruce el presumido haría.







—De algo debe servir ¿no?—Beth rodó los ojos con diversión—y no, no fue nada acerca de sus trucos. Era más hacia mí. Todos me miraban muy raro por estar allí. En especial una mujer pelirroja con...








—¿Lentes azules?—asintió—ugh, es Fallon. Iba conmigo en la preparatoria, es quien te conté hace tiempo.







—Bueno, sigue igual de odiosa.







—Algunas cosas nunca cambian...excepto que llames la atención de todos. Recuerdo que cada chica que conocía se moría por ti. Desde la secundaria hasta actualmente en la editorial. En esos tiempo recortaban tus fotos de revistas y las pegaban en sus casilleros. Siempre has sido un encanto.







—¿Y tú? ¿Tenías a Bruce Wayne en tu casillero?—preguntó jugando, pero con seriedad al mismo tiempo.








—Mi espacio era ocupado por Han Solo. Dinosaurios. Nunca caí en los encantos Wayne hasta que te vi medio muriendo en un callejón a lo película de terror...—suspiró recordando la ocasión—ahora mírame. Hasta una bendición tengo contigo.







Solamente a Beth se le ocurría relacionar enamorarse con una película de terror. Era Justo por eso que a Bruce tampoco le había interesado tanto alguien hasta que la encontró y le gustaba pensar que no había sido accidente. Que el destino por fin le daba algo bueno después de tanto dolor. Con una sonrisa tomó su mano entrelazando sus dedos.







—Hablando de nuestra bendición...está preocupado por ti.








—¿Y eso?








—Dice que te ve triste.







—No estoy triste.








—Por lo de tu padre.







Permaneció en silencio, desviando la mirada hacia la computadora pese a saber que Bruce no dejaría ir el tema tan fácil.








—No estoy triste—repitió, como si tratase de auto convencerse.








Bruce se limitó a acariciar su cabello, mismo que caía sobre sus hombros. Amaba el tono tan peculiar que tenía pues a simple vista podía hacerse pasar por negro, si se miraba con atención sólo era un castaño demasiado oscuro. Sentía que era un secreto a simple vista que sólo él sabía. Conocía a Beth y estaba consiente de que tardaba en sacar ese tipo de cosas por lo que decidió dejarlo así. Dio un ligero apretón a su mano y besó su mejilla a manera de despedida.








La rutina antes de irse a la cama sin Bruce era simple: darse una ducha caliente, cepillar su cabello, ponerse pijama, regresar a lavar sus dientes y finalmente entrar bajo las sábanas con el celular en el buró en caso de emergencia, mirando la lluvia caer por la ventana. Algunas veces le deprimía. Si, amaba a Bruce con su alma entera y entendía sus motivos, pero eso no significaba que estuviera de acuerdo del todo. Había perdido varias cosas en su vida como la oportunidad de tener un padre y no estaba dispuesta a que Bruce se uniera a la lista.








Mirando las gotas resbalar por la ventana con un espiral infinito de pensamientos se le fueron las horas.

afterglow     ⸺     bruce wayneDonde viven las historias. Descúbrelo ahora