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De acuerdo, Jimin podía sentir el sudor correr sobre su piel a causa de lo nervioso que se sentía y no exageraba, era lo que realmente sucedía. Sentía que por cada paso que daba los latidos de su corazón incrementaban desmesuradamente mientras observaba cada vez más cerca su destino.

Talvez estaba pensando mucho las cosas, pero le resultaba inevitable no hacerlo, estaba preocupado, nervioso y con unas inmensas ganas de vomitar.

Hace un par de horas atrás había hablado con Hyunjin sobre lo ocurrido con su novio, lejos de imaginarse algún tipo de ataque, el menor le había arrojado un puñado de harina a la cara reclamando y recalcando lo tonto que había sido, no mentía tenía toda la razón.

Ahora se sentía tan idiota por ese motivo. Se dirigía a su hogar llevando consigo un pequeño cartón decorado con colores pasteles y mariposas hechas de escarcha, sentía que era lo menos que podía hacer por su pequeño novio, cabe destacar que había prácticamente ha sido forzado por su maestro para que se anime a preparar un pastel por si solo.

Diciéndole que ese sería un hermoso regalo de reconciliación, concordó y se puso manos a la obra, obteniendo como resultado un bonito pastel de chocolate, decorado detalladamente en el que destacaba la palabra "TE AMO" escrito con una bonita caligrafía, solo esperaba que fuera suficiente.

Suspiro profundamente cuando se encontró parado frente del edificio departamental.

Sin darse tiempo para pensar, decidió entrar para enfrentarse a lo que fuera.

-No la jodas Jimin- hablo para sí mismo intentando animarse fallidamente.

Recordó los ojitos llorosos de su pequeño en la mañana y la imagen le provoco un revoltijo en la boca del estómago; se había comportado como un patán, lo reconocía pero en su defensa Jungkook parecía quererlo matar.

-Eso no es escusa-

Coloco el pequeño pastel en el suelo para proseguir a introducir la llave e ingresar a su domicilio, no se arriesgaría a tocar la puerta, presentía que si lo hacía le daría tiempo a su novio para conseguir algún artefacto para golpearlo y no, los golpes de Hyunjin habían sido más que suficientes.

Al menos por hoy.

El reloj que se ubicaba justo al lado de la puerta, le mostró que eran las 3:30pm; se sorprendió por lo temprano que era, últimamente regresaba tarde por estar recibiendo clases con el pastelerito salvaje.

Con su mirada recorrió todo el lugar en busca del menor, pero al ver que no se encontraba en la sala decidió subir a su habitación, era seguro encontrarlo ahí, recostado en la cama boca abajo, con sus manitas en sus mejillas, sosteniendo su cabecita a la vez que movía sus piernas de adelante hacia atrás mientras veía su Drama favorito (Un amor tan hermoso).

Sonrió por ese simple detalle.

Camino sigilosamente por el pasillo pasando por dos habitaciones, al llegar a la habitación que compartían vio que esta tenía la puerta cerrada, aun con los nervios a flor de piel tomo el pestillo para abrirla finalmente, pero sus ojos se abrieron desmesuradamente al ver que la habitación estaba en total oscuridad.

Sin poder evitarlo, encendió las luces de forma inmediata y busco por todos lados; en el baño, el closet, debajo de la cama y nada.

¿Jungkook se había ido?

Con ese pensamiento sintió como su cuerpo comenzó a hiperventilar y siento como las lágrimas se acumulaban de forma agria en sus ojos, amenazando con caer en cualquier momento, alarmado se dirigió nuevamente al closet que compartían y pudo sentirse un poco más tranquilo al comprobar que todas las prendas de su novio se encontraban en su lugar.

Respiro con dificultad por causa del anterior susto y continuo con su búsqueda, descarto inmediatamente que Jungkook haya salido a algún lugar, a esa hora el sol se intensificaba a tal punto de llegar a ser molesto y conociendo de estirado que era seguro prefería primero morir antes que incinerado.

Sonrió como tonto enamorado recordando todas las veces en las que Jungkook le cubría el rostro con más de cinco capas de protector solar alegando que era por seguridad. Esos días se convertía en el hazmerreír de todos sus amigos diciéndole que parecía el "hermano de Casper". Lejos de sentirse ofendido, se sentía orgulloso; él tenía un novio que lo amaba y cuidaba, aquellos que se burlaban lo hacía por envidia.

Sumergido en su pensamiento, no escucho el fuerte sonido de un objeto al caerse al suelo, provocando un estruendoso ruido seguido de grito notoriamente frustrado.

-Me jode la puta- grito enojado Jungkook al ver como algunos de sus deliciosos pancakes habían caído al suelo.

Jimin al escuchar aquellas bellas palabras, se dirigió a toda prisa hasta la cocina, donde encontró a su amado todo cubierto de harina, haciéndolo ver tan hermosamente tierno. Sin siquiera pensarlo dos veces se lanzó hacia el menor, abrasándolo fuertemente por la cintura y daba vueltas en el lugar.

-Me votas los jodidos pancakes te los tragarás del suelo Park Jimin- advirtió frunciendo el ceño fruncido.

Jimin creyó desmallarse al escuchar la melodiosa voz de su pequeño.

-Mi bebé precioso estás aquí, no me abandonaste- hablo Jimin emocionado, nada era mejor que pasar el rato con su novio.

-No por cada pelea que tengamos te voy a dejar Jimin- respondo neutral. Si Jimin pensaba que estaba perdonado se equivocaba.

-Lo sé príncipe, pero... yo estaba tan asustado cuando no te vi en la habitación y c-creí que te habías ido, me as-suste tanto...- su voz se quebró sin ser consiente.

-Pensar n-no vert-te más joder... no lo hagas nunca Jungkook- lloro más fuerte. -Por favor-.

Eso si, era exageración.

Aquello no le gusto al corazoncito de Jungkook, no le gustaba ver a su mochi llorando, por ello sin pensarlo dos veces sus brazos envolvieron el cuerpo de su novio para luego darle besitos.

Jimin amaba los besitos, lo hacían feliz.

Y si Jimin era feliz. Él también lo era.

-Nunca te dejaré mi amor; primero tienes que dejarme una buena fortuna, diez hijos, llevarme a un concierto de mi oppa y luego hablamos.

-Nunca te llevaré a ver a ese plástico- aseguro con una sonrisa algo forzada porque aún continuaba llorando.

Jimin era todo un caso.

-Ya lo veremos Jimin; ahora bésame que me pusiste caliente.

Ellos sí que eran una pareja tal para cual. Como el destino manda.





Esta historia se parece mucho a la historia que viven día a día mis padres, claro descartando los momentos pervertidos, eso yo no sé y tampoco quisiera, perooooooo como decía, es gracioso porque al igual que Jimin y Jungkook en esta historia se lean y no pueden imaginarse un segundo si el otro.

Quien entiende las cosas del amor 😐

Cuatro | Jikook |Donde viven las historias. Descúbrelo ahora