Había ya pasado unos días de la pelea que había tenido con Dazai, en esos días Vera, no le dirigía la palabra y mucho menos le miraba. El chico por su parte se limitaba a verla de lejos sin poder siquiera hablarle.
Si el se acercaba a ella, está se alejaba.
Al pasar las semanas, el chico no pudo resistir el no hablarle, y decidió ir a casa de la rubia en dónde la puerta siempre permanecía cerrada para el.
Tocó la puerta pero nadie atendió. Hasta que miró cómo un repartidor de comida se acercaba a la puerta de Vera. Rápidamente interceptó al tipo quitándole la comida que parecía ser de la rubia.Tocó el timbre, la rubia del otro lado preguntó de quién se trataba, aquel castaño obligó al repartidor a hablar por el. Al son de unos minutos Vera abrió la puerta, pagó al repartidor la comida, pero al momento de cerrar la puerta un pie se interpuso, luego una mano terminó de abrir la puerta.
— ¿Hmm? —observó con asombro.
— Necesitamos hablar, Medusa.
— ¿Hablar? Lo siento, tu y yo no tenemos nada de que hablar, aquel día dejaste en claro todo.
—... No es cómo crees, al menos dejame intentar explicarlo.
— ¿El qué vas a explicar?.
La gabardina del chico cayó al suelo. Vera le miró con una ceja alzada, este tomó asiento frente a ella.
—He actuado mal, yo lo sé...
— No sólo has actuado mal.
—¡Escuchame!—ordenó.
La chica le miró, con el mismo miedo de siempre, parece que no había cambiado nada. Tan sólo iba a escuchar lo que tenía que decir. Pero no podría perdonarle si le seguía ordenando cosas cómo si fuese su empleada.
—Necesito que, me perdones Vera. Ya disculpame, no puedes odiarme toda la vida.
— ¿No puedo?
— No puedes y no debes... Por que yo —buscó en el bolsillo de su gabardina. —Te compre algo.
— ¿Compraste algo?.
Del bolsillo sacó una pequeña caja de terciopelo color negro, algo sencilla para su gusto. La abrió mostrando un pequeño anillo sencillo nada costoso.
— Te he comprado, un anillo. —extendió su mano. —Dame tu mano. —La chica extendió su mano hacia el. — He decidido comprarlo para pedirte disculpas, y por que hace mucho he querido regalartelo. —dijo colocando el anillo en uno de los dedos de la joven.
— Es muy, lindo... Pero —observó el anillo.
— Y mira, hace juego con el mío. —mostró su mano la cuál estaba vendada.
— Yo... Realmente no puedo aceptarlo es mucho para mí.
— Aceptalo Vera... Es lo menos que puedo hacer por ti —sonrió levantándose del asiento.
— Dime que no es un anillo de compromiso.
— Realmente si lo es —dijo sin quitar su sonrisa.
— No podía esperar nada más de ti.
La chica pensó unos segundos, hasta que se acercó a él y le tomó del ambos hombros acercandolo a ella, y lentamente le dio un dulce beso. Intensificando el beso, las manos del castaño pasaron a la cintura de la joven.
De un momento a otro, Vera se separó de él, y lo tiró contra el sofá mientras que ella subía sobre su regazo volviendole a besar con más intensidad.
(3 años después)
El alcohol no era suficiente para la rubia quién, tenía al menos varias botellas en la mesa de noche, algunas escondidas en su cajonera junto a estupefacientes. Se encontraba recostada en la cama, boca arriba. Y si alguien la mirase en ese estado, podría decir que está chica llegaría a ahogarse con su propio vómito.
Pero cómo siempre había un ángel de la guarda junto a ella. Y ése era aquel azabache que tanto rechazaba el cuál mientras Vera dormía el siempre se acercaba a su casa verificando que estuviese allí o que no le sucediese nada malo.
Esa noche su ángel de la guarda, se encontraba cerca de ella cuándo le vio dormida de tal forma movió el cuerpo de la rubia quién estaba despierta.
— A~Akutagawa~—sonrió mirándole. —¿Por qué me ayudas~? Niño tonto.
—Medusa, necesito de tu ayuda.
— ¿Medusa~? ¿Ayuda~? Yo soy Vera... No Medusa, ni siquiera se quién es esa. Yo vivo en París con mi padre y mi madre.
El chico no prestó atención a las estupideces que decía la chica, y abrió la puerta que llevaba a la bañera, en donde dejó a la rubia mientras habría la llave de la ducha. El agua fría ayudaría a que bajara el efecto de todo lo que había consumido.
— Ni siquiera me quité la ropa —soltó una pequeña risa. —¿Debería quitarla? —dijo comenzando a quitar su camisa dejando a la vista del azabache aquel sostén de color negro. —¿Debería?
— ¡Ya Vera! ¡Ya basta, toma una ducha y nos vemos afuera! —gritó mientras salía del cuarto de baño.
— Maldito amargado —murmuró sumergiéndose en el agua fría de la bañera.
(Minutos después)
La rubia salió de la habitación, algo mejor con tan sólo su maquillaje corrido. Fue algo a lo que no presto atención y salió del lugar junto a él chico.
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Dark Times 🥀 Dazai Osamu🔞
Fanfiction«This ain't the right time for you to fall in love with me Baby I'm just being honest And I know my lies could not make you believe We're running in circles that's why In my dark times I'll be going back to the street Promising everything I do not m...