Capítulo XI

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Mis manos temblaban, mi cuerpo entero vibraba y un nudo subía y bajaba por mi estómago a mi garganta, en un intenso vaivén que me producían náuseas. Pude haber tomado eso o mi impresionante taquicardia que estaba comenzando a sentir como señal de alerta de que algo estaba a punto de suceder de que algo iba a descubrir.

Pero no podía simplemente creer en mi instinto, necesitaba comprobarlo.

A mi lado estaba él, Nicholas, plácidamente dormido. Mi corazón se hundió al verlo tan tranquilo mientras tanto yo, apunto de derrumbarme en pedazos. 

En mis manos estaba su móvil.

Nunca habría imaginado que yo sería la típica chica insegura que revisa móviles, invadiendo la privacidad del otro. Nunca consideré que fuera necesario para mi recurrir a algo así. Pero la vida te da sorpresas, la mayoría son un tanto desagradables. Nada es como tú esperas que sea, para algunos eso es lo emocionante de la vida, pero para mí, era algo de lo cual estaba cansada. 

4:06 am.

La pantalla estaba desbloqueada, no sabía a donde debía ir primero. Mi dedo se deslizó a sus contactos, habían pocos, en su mayoría hombres y familiares. En cada aplicación deseaba no encontrar nada, deseaba que solo fuera un mal pensamiento, pero rápidamente mis esperanzas cayeron cuando vi su chat, sus fotos, sus vídeos, a ella. 

Dios...

Una lagrima cayó seguido de otras. Mi cuerpo se sacudía con una fuerza que no podía controlar, a la par que mas mensajes aparecían frente a mis ojos. Mensajes confesándole que nunca se había sentido así, que estaba completamente enamorado de ella. Fotos de ellos, de ella, de lugares a los que fueron.

Tragué duro cuando aparecieron mas chats con diferentes nombres pero los mismos mensajes.

No era una, ni dos, eran varias mujeres con las que él se escribía.

5:25 am.

Nicholas comenzó a moverse a mi lado, apagué su móvil dejándolo en la mesita. Apoyando mi cabeza en la almohada, tapé mi boca con una mano para intentar controlar los sollozos. ¿Por qué lo había hecho? ¿Por qué me hizo esto a mi? ¿Qué fue lo que no le di para que lo buscara en otras?

Pregunta tras pregunta una lagrima tras otra. No entendía nada, no entendía como habíamos llegado a esto. Inmersa miraba su cara, estábamos frente a frente. A pesar de todo, lentamente me fui acurrucando hacía él, buscando su abrazo. Un consuelo. 

Buscando consuelo de la persona que me quebró.

Su brazo se pasó por mis hombro, atrayéndome hacia él, mi corazón se hundió y un suspiro se arrancó de mi boca. Lo amaba, estaba perdidamente enamorada de un hombre que no lo merecía.

7:32 am.

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Era extraño como mi mente me traía recuerdos que creía olvidados, o mas bien, enterrados. Desde aquella sesión con Dean, sentí como la caja de pandora se había abierto y a su vez, dejando escapar todo aquello que quería esconder. Mi mente estaba hecha un lío.

— Quizás no fue la mejor decisión recurrir a...

Un mensaje interrumpió mi pensamiento. Era mi hermana, diciendo que estaba llegando a mi casa. Era extraño, rara vez me indicaba cuando venía, casi siempre me daba cuenta cuando ella ya estaba abriendo la puerta de mi hogar. Suspiré, prendí un incienso mientras guardaba aquel cigarrillo en su cajita metálica. 

La reserva ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora