Capitulo IX

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"Qué es el encuentro amoroso, sino tomar por asalto a alguien para hacerlo existir conmigo, tal cual es."

Sentía que una eternidad había pasado hasta que terminó de rellenar el último cuadro, suspiró despacio, esperando no haber agregado nada indebido. Suplicando por haber entendido bien todas las celdas y agregar de buena forma los números.

Levantó el rostro minutos después para percatarse que el ojiazul ya lo miraba. Tragó la saliva que se acumulaba en su cavidad bucal, sintiéndose de pronto nervioso, si miraba fijamente a Louis, creía que este podría adivinar todas y cada una de las cosas que se imaginó leyendo aquellas celdas. Cada punto marcado, era una imagen que se venía a su mente dónde Louis era el principal protagonista.

Un carraspeo de parte del castaño le hizo sentirse más aliviado, no era el único afectado entonces.

-Bien, eso fue... rápido. -El dominante miró la lista, su mano moviéndose por la pantalla de forma distraída. -¿Hay algo... que quisieras conversar puntualmente?

Su mente daba miles de vueltas en realidad, sentía que existían muchas preguntas que rondaban su cabeza y ninguna de ellas se podía realmente materializar. Se juntaban todas en su mente pero ninguna formaba una pregunta coherente.

-Creo que no, sólo... dice que soy tu sumiso todo el día, durante toda la semana...

-Oh. -El castaño dejó de mover su dedo por la pantalla y asintió.- Bueno, es más porque, de esta forma se da por sentado que será una asociación exclusiva, sin otros de por medio pero... -Rascó su ceja de forma pensativa antes de continuar.- Podríamos organizarlo de manera que sea sólo los fines de semana, si eso quieres...

-No, no, no... -Se agitó en el sofá y se preguntó si habría sonado demasiado desesperado.-En realidad me parece bien, así... así aprovechamos bien el tiempo, ¿no?

-Claro, sí, por supuesto.

El castaño se levantó de su asiento, palmeó unas cuantas cosas en la tablets y un montón de hojas comenzaron a salir de la impresora que se encontraba en una esquina de aquella oficina.

Se levantó siguiendo el ejemplo del ojiazul, se estiró levemente y pudo notar cómo el castaño recorría su cuerpo mirándolo de reojo. Se dedicó a mirar la oficina, la cual era primera vez que veía, mientras el castaño ordenaba el contrato ya impreso.

Suspiró cayendo en cuenta que desde ahora debía dirigirse de otra forma al castaño, se dio la vuelta para mirarlo, estaba sentado en aquella silla tan impotente, mientras se concentraba en las hojas enfrente de su rostro. Lo estudió con calma, sus finos labios que se fruncen cuando está concentrado y la esquina de sus ojos, los cuales siempre se arrugan cuando sonreía.

La pregunta de si estaba haciendo lo correcto en haber iniciado un contacto de esta forma con el que había sido su mejor amigo desde hace tanto años rondó su cabeza y la descartó de forma veloz.

Rogaba porque la respuesta a esa pregunta fuera un gran sí.

-Acércate, por favor. -Asintió al escuchar a su Dominante, mordió sus labios, mientras se recargaba contra el costado de la silla. -Si no hay nada más que agregar, podríamos firmar ahora.

-Sí, sí, claro...-Suspiró acercándose al escritorio, el castaño tenía la última página del contrato, su nombre y el del su ahora, Dominante, ya estaban escritos.

Una rápida firma sobre la hoja y la sonrisa del castaño, le hacían sentir más tranquilo sobre toda esta situación de locos en la que él mismo se había metido.

Se alejó del escritorio y miró al castaño. -¿Y ahora qué?

Ambos se largaron a reír durante unos segundos, hasta que el teléfono del ojiazul comenzó a pitar, miradas cómplices sucedieron en ese pequeño momento, el castaño lo tomó rápidamente y luego descartó la llamada, antes de volver a dejarlo sobre el escritorio.

I wanna be your slave - LSDonde viven las historias. Descúbrelo ahora