Capitulo III

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Música de recomendación: Winter in F Minor - Antonio Vivaldi, Adrian Chandler, La Serenissima.

"No se sabe, pero no puedes estar seguro, así que solo te atreves. La seguridad es para quién no ama suficiente."

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Cierra los ojos mientras puede escuchar la música resonando en su cabeza, realmente no la necesita en altavoces cuando su mente puede recordar cada espacio y salto, incluso con los ojos cerrados. Comienza a dar vueltas a través del piso, tiene un pantalón de mallas en sus piernas y agradece haber llegado con ellas pues le costó bastante desocupar un gran espacio para poder bailar.

No sabe de cuánto espacio dispondrá el día del baile por lo que se asegura de dar tantos saltos y vueltas como pueda. Una vez satisfecho, sigue dando un par de vueltas por el espacio solamente para distraerse, sabe que sus chicos tendrán un buen espacio aquí ya que él es mucho más alto y grande que los estudiantes de la academia.

Mientras ''Winter'' de las cuatro estaciones de Vivaldi suenan en el altavoz de su celular, se pierde en la música y en su mente, da vueltas con los ojos cerrados y una idea que hace años ronda en su mente lo visita.

La imagen de él siendo azotado, encima del escritorio de Louis o en su regazo, llega a su mente, ojalá pudiera decir que aquella idea es nueva. Pero sabe sobre manera que no lo es, incluso antes de que su mejor amigo empezara aquella organización de la que está tan orgulloso, el rizado ya tenía vividas imágenes de ellos dos juntos.

Aunque debe admitir que no fue hasta después de que Louis saliera públicamente en algunas páginas de BDSM por ser el impulsor de los contratos legales en aquel mundo, que aquellas fantasías se empezaron a crear en su mente. En un principio, había averiguado un par de cosas para poder saber de qué trataba todo. Las cosas con Louis estando en el mundo del BDSM habían sido tan naturales entre ellos, más que nada porque Harry estaba lo suficientemente interesado en aquello como para mantener una conversación cuerda sobre eso con su amigo, por lo que nunca lo hablaron.

Así que cuando por su cuenta empezó a averiguar más sobre aquello y se encontró con un video porno sobre una sesión, se sintió horrorizado de aquello. No creía que las lágrimas de aquel chico fueran de placer y sobre todo se encontraba horrorizado de que dos hombre penetraran al chico a la vez. Definitivamente no había sido para él.

Meses más tardes cuando estaba leyendo un libro de una de sus autoras favoritas y había descubierto el Daddy Kink, pensó que se sentiría extraño al salir con una persona mayor, lo había intentado solo por lo mucho que le interesaba la idea de que una persona se hiciera cargo de él y su placer.

Sin embargo, mientras estaba sentado esperando a su cita que conoció por Tinder y un padre de uno de sus alumnos se presentó frente a él, salió corriendo horrorizado, sobre todo porque aquel hombre estaba casado y tenía hijos. El Daddy Kink no había sido para él, así que aburrido de sus relaciones convencionales ya no le excitaba lo suficiente, quiso darle otra oportunidad al BDSM, compró todos los libros ficticios de BDSM que se encontró.

Avergonzado, después de leer los primeros libros, se dio cuenta que aquellos libros le producían una erección que ninguna de sus parejas le producían, así que hizo lo que creía correcto. Cambiar de pareja cada vez que se sentía abrumado con uno de ellos o si el sexo no le complacía lo suficiente.

Con el tiempo sabía que se había ganado una mala reputación entre sus conocidos pero realmente no daba una mierda por lo que la gente dijera, él iba a disfrutar del sexo tanto como quisiera y nadie lo haría sentir mal por aquello.

I wanna be your slave - LSDonde viven las historias. Descúbrelo ahora