''Aquel que no confía lo suficiente no será digno de confianza''
-Las vendas son comunes, probablemente una de las cosas más populares, creo que en este punto ni siquiera podemos decir que es sólo algo del BDSM. -Hizo un gesto descartando la idea. -Podría apostar que es algo que se usa incluso de manera regular en las relaciones vainillas. Sin embargo creo que es algo complejo.
Se encogió de hombros antes de continuar. -Es todo sobre confianza, escuchar... sentir. -Lo miró durante unos segundos antes de volver la vista a la caja que tenía encima del regazo.
Había llegado hace al menos dos horas a la casa del castaño, cenaron con una comodidad tan sorprendente, el rizado no se lo esperaba. Estaba agradecido, no lo mal entiendan, estaba tan agradecido de que las cosas fuera del sexo no fueran incomodas, pero era sorprendente de todas formas.
Cenaron riendo de cosas que compartieron de sus días, cuando el castaño se levantó y le ordenó recoger las cosas de la isla, lo supo de inmediato, que habían entrado en una sesión.
Antes había tenido dudas, sobre cuándo, cómo, con qué frecuencia, frente a quiénes. Pero ahora, Louis había usado ése tono de voz. El rizado ni siquiera sabía cómo es que lo tenía identificado.
Pero era ése tono de voz en el cual bajaba el volumen, sonaba más serio, personal. Lo amaba y sólo lo había escuchado un par de veces, pero era su tono de voz preferido.
-Verás, cuando no puedes tener tus cinco sentidos alerta los demás suelen agudizarse en extremo. -Pasó sus dedos por la caja, era rectangular de color gris y tenía ligeras formas realzadas a lo largo. - Quítate la playera.
Tragué la saliva que se había acumulado en mi cavidad, asentí antes de alejarme del fregadero. -Sí, Amo.
Lo vi sonreír levemente, los costados de su boca alzándose mientras bajaba la cabeza y abría la caja.
Me quité la playera de manera fluida y la dejé encima de la mesada, doblada. Me acerqué a su lado, estaba tranquilo, podía verlo en la forma en que su respiración era acompasada y ojalá poder decir que la mía estaba en la misma sintonía, pero no lo estaba. Yo estaba nervioso, mis manos sudaban.
-Vamos a comenzar,¿estás listo para esto, chico? .-Puso una de sus manos en mi mejilla, la acarició durante un segundo. Asentí, no podía hablar porque mi boca estaba seca. -Arrodillate. -Hizo presión en su agarre en mi mejilla, sus ojos estaban fijos en los míos. Caí sobre mis rodillas en un movimiento lento, el piso estaba cálido.
-Voy a vendar tus ojos, vas a escucharme, necesito que te concentres ahora y luego podemos pasar a lo divertido.
-Sí, Amo.
-Buen chico, ven aquí. -No me moví y en cambio él me rodeó, sus rodillas tocando mis omóplatos mientras pasaba una ligera tela por encima de mi rostro. Era de seda, verde. Suspiré. -El semáforo, ¿lo recuerdas?
-Verde puedes continuar, estoy bien. -La venda tapó mis ojos, estaba oscuro, definitivamente no era sólo seda.- Amarillo es me siento extraño, pero se puede continuar y ...- Amarró la venda al rededor de mis rostro, podía ver sombras de la luz pero sólo si bajaba mis ojos. Su mano rodeó mi pelo, podía sentirlo haciendo una coleta con su mano entera, me estaba sujetando.- Rojo es cambiar el rumbo o bajar la intensidad. Mi palabra de seguridad es para parar la escena por completo.
-Tan bueno, un sumiso tan bueno para mí... -Jaló mi pelo con fuerza, no dolía, el tirón se sentía... extrañamente satisfactorio. -¿Tu palabra de seguridad?
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I wanna be your slave - LS
Roman d'amourLouis es un exitoso abogado y dominante, fundador de una empresa la cual masifica y crea un ambiente seguro para el BDSM. Harry es un bailarín, quién hace clases de danza en su propia academia y no forma parte del mundo del BDSM. Si miras profunda...