Él jamás pensó que terminaría cayendo en un mundo dónde la música, las máscaras, el baile, la diversión y el sexo serían lo primordial.
Las tarjetas son su única opción para que el chico de ojos azules termine en una cama con él.
Pero Harry nunca pu...
- ¡Estoy harta de todo ésto! ¡Ya no puedo más! Se supone que nos casaremos en 3 meses y no has hecho nada para mejorar nuestro jodido compromiso.
- Puedes dejar de gritar, ya te escuché Taylor - comencé a desprenderme de las telas de mi saco.
Había sido un día muy estresante en la empresa. Venía demasiado cansado.
- Es que no puedo creer que seas tan cínico, no te importa ni lo más mínimo nuestro ¡maldito compromiso! - gritó histérica.
- Por favor deja de buscar pleito, no estoy de humor - pedí suavemente.
- Nunca estás de humor para nada, siempre es la maldita misma rutina. Yo trato de salvar ésto ¿y tú que haces? Llegas tarde del trabajo, llegas ebrio y ni te das cuenta de que existo, sólo llegas a la cama a dormir y a la mañana te vas.....Ya ni siquiera me tocas - susurra.
- Si ese es el problema podemos arreglarlo - me levanto y me acerco a ella.
- No te acerques - me detiene - Ya no puedo seguir con ésto, Harry. Sé que nuestros padres están empeñados en juntarnos, pero tú no lo quieres y está bien, yo lo único que quería era tener por lo menos una buena relación contigo - sus ojos se cristalizan y la culpa comienza a caer en mí.
- Yo te había dejado claro que sólo me casaría contigo para satisfacer tanto a tus padres cómo a los míos, pero somos tan diferentes que ésto obviamente no iba a funcionar.
- Quería intentarlo.
- Lo sé, pero no puedo cambiar lo que siento y lo que hago, aunque estemos casados no hará que logre enamorarme de ti, pero vé el lado bueno, tendrás dinero, lujos y cosas caras que cualquier mujer querría.
- Yo no soy cualquier mujer, Harry. No me interesa el dinero, quería una relación dónde fuera realmente feliz y me sintiera amada, no estúpidos lujos que puedo conseguir por mi cuenta sin necesitar a un hombre - recalca.
- Pues es lo único que te puedo ofrecer. Lo siento, Taylor.
- No, la que lo siente soy yo, por obsesionarme con un hombre que no sabe dar amor. Estoy harta de lidiar contigo - toma su bolso y me mira - Regresaré más tarde por mis cosas, no quiero seguir viviendo aquí, espero que estar sólo te ayude a pensar con claridad, porque yo ya no puedo más con ésto - me mira por unos segundos rápidos y centra su atención en la puerta - Espero que no te arrepientas después. Adiós, Harry - se despide y cierra la puerta.
Me dejo caer en el sofá, coloco mis codos en mis rodillas y tomo mi rostro entre mis manos.
Comienzo a reír.
Lo había jodido, una vez más lo había jodido. Taylor era una mujer verdaderamente atractiva, divertida, inteligente, segura de sí misma y muy independiente. Sin duda era el paquete completo.
Pero yo era demasiado ciego para verlo.
Ó más bien. No quería hacerlo.
El sexo era bueno, pero poco a poco mi deseo por ella se fue esfumando.
Lo intenté, pero no podía engañarnos a ambos.
Apenas nos habíamos conocido hace 2 meses en una cena con mis padres dónde me la habían presentado cómo mi prometida.
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