Capítulo 41

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- ¿Seguro que estás bien? ¿Te sigue doliendo tu espalda? Puedes tomarte el día si así lo quieres - sugerí.

- No te preocupes, me bañaré y aplicaré un poco de pomada e iré a trabajar. No puedo ni puedes ausentarte tanto.

- Por tí puedo hacerlo.

- No, Harry - bufé.

- Bien. Te estaré esperando en mi oficina.

- ¿No hay juntas pendientes?

- Por ahora no.

- Bien.

Cómo ya era costumbre nuestras manos permanecían unidas en todo el camino. Louis se recargó lentamente en el respaldo del asiento, se quejó un poco, pero aún así lo hizo.

Tal vez fué mala idea hacerlo varias veces sobre la mesa. En la última ronda me dijo que ya no podía más. Su espalda le dolía y terminamos acostados en mi cama. No era bueno haciendo masajes, pero lo intenté. Finalmente durmió boca abajo.

Ambos estábamos en mi auto, conducía hacía el departamento de Louis. Por más que le insistí en que se quedara él se negó.

No repliqué y sólo me quedé callado, pero el dolor más mínimo que le vea haré que vuelva a su casa a descansar.

Aparqué el auto y abrió la puerta dispuesto a bajarse. Tomé su brazo deteniéndolo.

- ¿No se te olvida algo?

- Uhmm, no - revisó su ropa - Tengo todo - crucé mis brazos - Ay, tan grandote y tan infantil - sonreí negando. Lentamente se acercó a mis labios, tomé su rostro en mis manos profundizando el beso - Oh no, tú tienes que llegar a la empresa - se separó y salió del auto.

Con su mano se despidió, le guiñé uno de mis ojos y después arranqué directo a mi empresa.

Cuándo llegué aparqué mi auto en el estacionamiento privado y salí con mi maletín en mano.

- Buenos días, Señor Styles - tomé mi gafete y entré al ascensor.

Cuándo puse un pié fuera del elevador recibí varios "Buenos días, Señor Styles" por parte de todo el personal de mi empresa.

- Buenos días, Señor Styles. Me apena mucho decirle que su asistente personal no ha llegado. Entiendo si lo quiere despedir y déjeme decirle que estaría encantada de poder.... - le interrumpí.

- Estoy enterado de la inasistencia de mi asistente personal Señorita, Flores - me detuve mirándola.

- Oh, perdone, es sólo que la Señorita Kendall lo espera en su oficina. Eleanor estuvo encargándose del teléfono del joven Tomlinson. Le pediré que le pase lo importante - asentí y seguí mi camino hacía mi oficina.

Abrí la puerta y la imagen de Kenny sentada en mi asiento con sus piernas sobre mi escritorio me recibió.

- ¿Estás cómoda? - cerré la puerta con mi pié. Caminé hasta mi perchero colocando mi saco.

Dejé mi maletín en mi escritorio y me senté en una de las sillas que estaban frente al escritorio.

- Solamente me falta un cafecito, pero por ahora estoy muy bien, gracias - sonrió encantada.

- Que linda, ¿y tú helado de que lo quieres?

- Uhmm - rascó su barbilla - De coco está perfecto - viré mis ojos.

- ¿Qué haces aquí, jungla amazónica? - borró su sonrisa fulminándome con la mirada.

- Imbécil - susurró haciéndome sonreír - Vine para que me contaras el desmadre que te cargas con tu chico del club.

A Través De La Máscara // Adaptación LarryDonde viven las historias. Descúbrelo ahora