Capítulo 7

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18 de Enero.

Sin dejar de reírnos, corrimos y corrimos sin detenernos hasta el enorme y encantador carrusel del amor, del que todos hablaban.

Lo vimos girar con todos sus caballos tiernos y coloridos y ambos nos sonreímos.

Escuché su mágica y tierna melodía y me dejé atrapar por ella.

Joey me miró todo enamorado.

_ Pronto será nuestro turno hermosa

_ ¿De veras quieres subirte al carrusel conmigo Joey? – me sonrió con ternura.

_ Solo contigo me subiría niña mía. Es algo que en verdad anhelo hacer

_ Mi Joey – tomó mi mano.

_ Ven, ya es nuestro turno

_ Si

Tierno, me ayudó a subirme a uno de los caballos y yo perdida en él, Joey se sentó detrás de mí, lo que hizo alborotar a mi corazón por completo.

<< ¡Oh cielos! >>

<< ¡Está muy cerca de mí! >>

<< Creo que me voy a desmayar de la emoción >>

Él me miró intenso y sus ojos brillaron.

_ Tendré que sostenerte para que no te caigas

Me dijo y con anhelos colocó sus manos en mi cintura, lo que le hizo vibrar por completo y yo me estremecí de amor por él.

<< ¡Ahora si me voy a desmayar! >>

Él atento y preocupado, y sin dejar de mirarme con su dulce y provocativa mirada, me preguntó:

_ ¿Estás cómoda así? – me giré a mirarlo y mis ojos se perdieron en los suyos.

Nerviosa, titubeé y el corazón más se me aceleró.

_... Sí, sí, estoy muy bien así – sonrió tierno.

_ Me alegra

El carrusel empezó a moverse y los dos emocionados y contentos, Joey me sostuvo con más cariño y protección. Yo le sonreí y él contempló mi sonrisa para él.

El viento corrió en nuestros cabellos y rostros; ambos nos reímos y los caballos dieron la primera vuelta. Disfrutamos de esa dulce primera vuelta.

Era increíble, sentí que estaba otra vez en un sueño y sonreí. Joey se detuvo a contemplar de nuevo mi sonrisa y se sintió el hombre más maravilloso de la tierra.

Nos reímos a toda boca y la brisa jugó en nuestras mejillas.

Dimos la segunda vuelta; miramos con afán los caballos de junto y los que iban delante de los dos.

Nos miramos y Joey perdido en mí, nos acercamos lentamente y nos besamos muy acaramelados y apasionados. Disfrutamos de aquel mágico paseo y de ese dulce e imborrable beso.

Sin dejar de besarnos, nos olvidamos de todo y Joey no me apartó de sus labios. Me aferró a él con más aprecio y amor.

&quot;Nuestro Diario de Amor&quot; { Joey Tempest }Donde viven las historias. Descúbrelo ahora