La pelirroja rusa sonrió al cantinero cuando este le dejó otra botella de vodka frente a ella, llevándose la que había vaciado minutos antes. Ella se sirvió un poco más y suspiró después de un trago.
-A veces uso el vodka para darme valor -comentó una morocha mientras se sentaba en la butaca alta del lado izquierdo.
-No estoy interesada -dijo sin dejar de mirar su vaso.
Hasta ese momento, tres hombres y una mujer habían intentado abordarla. En realidad, el contador ya debía subir a tres hombres y dos mujeres.
La desconocida rio a su lado.
-Mi hermano es tímido y me pidió que averigüe si estás esperando a alguien, quieres conocer a alguien aquí o simplemente viniste a beber.
-Tercera opción. Y estoy comenzando a arrepentirme. Quizá debí quedarme en casa -volteó a mirar a algunas parejas que la estaban pasando muy bien en los rincones menos iluminados de las mesas en los perímetros.
-De acuerdo. Si cambias de opinión, mi hermano es el alto de la mesa cinco -se despidió la mujer.
Natasha miró en dirección a la mesa recién mencionada un instante. No hubo nadie que llamara su atención lo suficiente. Bufó y volvió a servirse otro vaso. ¿A quién engañaba? Si alguien iba hasta ella e intentaba darle conversación por unos instantes, estaba más que dispuesta a ir a un lugar más tranquilo. Por supuesto que ese alguien debía cumplir con requisitos muy específicos tales como: cabello rubio, mirada azul, casi dos metros de altura, musculoso y caballeroso con las mujeres.
-Estoy jodida -susurró cerrando los ojos.
Ni siquiera quería profundizar si lo que Rogers provocaba en ella era algo meramente físico o iba por otro rumbo.
-Deberías ir por él -habló el cantinero-. Me encantaría venderte más botellas, pero no creo que a tu hígado le vaya a caer bien eso.
-Supongo que mi hígado debe pensar igual que tú.
-Como no puede hablar, le estoy haciendo un favor.
-Bien, ¿cómo sabes que esa persona que me trae hasta aquí está viva?
-Es algo que asumo en casi todas mis suposiciones -se encogió de hombros-¿Qué te detiene aquí?
Natasha bebió de nuevo.
-Tal vez no soy su tipo.
-¿Está casado o ciego?
-Está muy soltero. He intentado conseguirle citas sin que funcione.
-¿Lo invitaste tú a salir?
-No hago esas cosas cursis. Me gusta ser más directa.
-Entonces no estás interesada en un romance... Tal vez es justo lo que él busca.
-Él parece más tradicional -lamentó.
-¿Has dicho "parece"? Quizá esa sea la señal que necesitas para dar un paso más. Deberías estar segura de que lo que él busca para no intentar algo ¿no crees? Y si no sale como quieres... Puedes culpar al alcohol.
-Eso es cierto -coincidió al ocurrírsele algo.
Romanoff buscó una buena propina en su bolso, bebió lo último que quedaba de su botella y se despidió. Se mentalizó que la noche podría tener un final estupendo si Steve la deseaba. De no ser así, estaba dispuesta a lidiar luego con las consecuencias. En ese momento, era más urgente apagar el fuego que él había encendido en ella.
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CUTE SHOTS
Fanfiction¡Bienvenidos! En este libro podrán encontrar mis ocurrencias de situaciones de diferentes naturalezas que involucran a Natasha Romanoff y a Steve Rogers.