𝐴𝑑𝑚í𝑡𝑒𝑙𝑜

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Nadie pudo haber adivinado que la primera boda entre los miembros de los Vengadores sería la de María Hill y James Buchanan Barnes. Ellos habían comenzado a salir meses después de que el ex sargento fuera admitido en el equipo. Stark había tardado en aceptar que Barnes había estado bajo el control mental de HYDRA. No fue hasta que la princesa de Wakanda le enseñara como había funcionado lo que le habían hecho al hombre, que el millonario comenzó a pensar en dejar atrás el pasado. Después de todo, pudieron haber enviado a cualquier otro asesino en caso de que Bucky no hubiese cumplido con la misión.

Steve Rogers era el padrino principal, así que estuvo a su cargo pensar en la despedida de soltero de Bucky. Después de analizar las opciones durante varios días, acudió resignado hasta Stark. Sabía que él tenía experiencia en fiestas y no quería decepcionar a su mejor amigo con una celebración que saliera mal.

―¿Desea alguna bebida, señor? ―preguntó la bonita azafata.

Steve reaccionó rechazando la oferta. Tenía pensando beber mucho más adelante.

La mujer dudó antes de hacerle la misma pregunta a Visión, pues no estaba segura si él era capaz de ingerir algo.

―Estamos bien por ahora, gracias ―habló Tony.

Bucky, Steve, Sam, Visión, Tony, Thor, Rhodey, Bruce y Clint estaban en el jet privado del millonario, camino a Las Vegas. Stark había insistido en que aquella sería una excelente ocasión para practicar para cuando fuera el momento de su despedida de soltero. Ya llevaba tiempo comprometido con Pepper, pero aún no habían elegido una fecha para su boda.

Barnes no tenía muchos amigos, así que estuvo sorprendido cuando más de dos invitados se presentaron para acompañarlo en esa noche especial.

Al llegar al club exclusivo, comenzaron bebiendo cerveza. Una mujer rubia bailaba en el escenario principal, alrededor del caño. Su vestuario dejaba mucha piel expuesta, acaparando la atención de los caballeros.

―¡Esta es una verdadera despedida de soltero! ―Tony comenzó con el primer brindis una vez que estuvieron en el lugar más cercano al escenario.

Había muchas mujeres en paños menores caminando de un lugar a otro. Algunas servían bebidas y otras ofrecían bailes privados.

Steve no sabía dónde mirar. En todas las direcciones había mujeres enseñando mucha piel. Sentía que les faltaba al respeto si detenía la vista en alguna de ellas por más de un minuto. Su amigo pareció entender lo que sucedía con él.

―No sientas penas en mirar, les gusta ―comentó acercándose más al capitán y guiñando un ojo a una de las mesera que pasaba frente a ellos.

La mujer sonrió devolviéndole el guiño.

―¿Ves?

―Intentaré encajar ―prometió el rubio.

Tony se paró y comenzó a repartir billetes de baja denominación a sus amigos.

―Son para las chicas ―explicó al capitán.

Rhodey, Tony y Thor fueron los primeros en levantarse para ir a ver de cerca el baile central. El asgardiano le dejó a Rogers una petaca pequeña que contenía licor de su pueblo. Steve bebió un trago para entrar en ambiente.

―¿Te sientes nervioso por tu gran paso de mañana? ―inquirió el capitán.

Barnes hizo una mueca mientras pensaba.

―En realidad, no ―respondió con simpleza.

Se paró para ir a acompañar a los demás, invitando a los que se habían quedado. Visión, Steve y Clint declinaron la oferta.

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