𝐸𝑙 𝑗𝑢𝑒𝑔𝑜

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Natasha terminó de escribir un mensaje de texto para Steve, cancelando la cita que habían planeado con una semana de anticipación. Ser Vengadores implicaba que no tenían mucho tiempo para sus vidas personales cuando el mundo era amenazado. Aunque esta vez la paz del planeta no estaba en riesgo, le había surgido algo que debía atender primero.

―Cariño, puedes quedarte en la cama mientras yo voy por comida. Nos conseguí el resto del día para los dos ―informó la rusa antes de abandonar su habitación en dirección a la cocina.

Estaba algo emocionada por la nueva presencia allí. No lo había planeado y ni siquiera sabía si funcionaría, pero sentía una desconocida sensación en el pecho de estar forjando algo bueno para sí misma. No importaba lo que los demás pudieran pensar. Buscó un plato hondo en la alacena y lo llenó de la comida que había comprado. De regreso a su habitación, se sentó en la cama y se lo ofreció al cachorro que estaba acurrucado cerca de las almohadas.

El pequeño la había seguido a casa. No tenía collar y ella no se había resistido a tomarlo en brazos para ir a comprar algo de alimento exclusivo para cachorros. No sabía mucho de razas de perros, pero ese pequeño tenía la apariencia de ser una mezcla entre un caniche y alguna otra raza. Sonrió al verlo comer. Tomó su celular y le tomó una fotografía.

―Tengo que darte un nombre. Eres macho, así que tiene que ser un nombre que cause temor... ―puso una mano en su mentón mientras pensaba― ¿Qué te parece si te llamo "Muerte"?

El canino siguió comiendo sin prestarle atención.

―Sería demasiada presión sobre ti, supongo. Lo dejaremos en Hem ¿te parece? Creo que queda.

Tomó su laptop y subió al lado de su nueva mascota. Buscó todos los accesorios que necesitaba utilizar el pequeño Hem y los ordenó en línea, eligiendo la entrega inmediata que costaba un poco más pero que valdría la pena. Movió varios muebles en su habitación y en la sala, así podría acomodar las camas que había escogido.

⋉⋈⋊

Al día siguiente, Stark se acercó a la cocina de la torre Vengadores para prepararse café. Observó que el capitán estaba revolviendo distraído su batido, con la vista en el periódico.

―Buenos días, capitán. Te ves raro ¿sucedió algo?

Rápidamente, el rubio cambió de expresión y continuó como si no sucediera nada.

―Buenos días, Tony. Son ideas tuyas, estoy pensando en qué desayunar.

El millonario lo observó con los ojos entrecerrados, sin creerle nada.

―¿Qué te parece si hacemos equipo para hacer unos hotcakes? Yo preparo la masa y tú los cocinas.

El capitán asintió, fingiendo concentrarse en las noticias impresas en el papel frente a él. Stark sonrió en sus adentros. Abrió la heladera y extrajo la masa que ya estaba lista.

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