2.

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¿Qué estaba pasando?

Sin saber muy bien qué demonios estaba haciendo, Harry dio una vuelta sobre si mismo lentamente hacia el montículo de chicas vestidas de uniformes deportivos.

Los jugadores se fueron apartando, hasta revelar el rostro sonriente de Louis, quién se cargó la bolsa de deporte al hombro.

Escuchaba los latidos de su corazón en su cabeza, no podía huir de allí. Todos le estaban mirando.

- ¿Yo? – se atragantó, aclarándose la garganta rápidamente.

El chico deslizó su pierna, apoyada en la pared, hasta el suelo.

- ¿Quién si no? Pensé que no ibas a llegar nunca. -se dirigió a sus compañeros y apoyó su mano en el hombro de uno de ellos. -Nos vemos luego, chicos.

Confundidos se miraron entre ellos, y algo molestos, se despidieron de él, dirigiéndole una mirada juzgante a Harry, quién continuaba clavado en la acera de la calle, totalmente apabullado por la situación.

¿De qué demonios iba eso? ¿Acaso Louis quería hablar con él a solas?

Por supuesto que quería hablar con él, si no, no le habría llamado. 

Harry se sintió un estúpido mientras veía cómo los miles de hombretones robustos se colocaban en el portón del instituto, cuchicheando entre ellos como marujas.

Giró la cabeza rápidamente hacia Louis de nuevo, tal vez esperando una explicación, quién comenzaba a acercarse a él con cautela. Tenía dieciséis años, era demasiado joven para morir, pero iba a hacerlo en ese momento si el chico se atrevía a dar un paso más.

Louis detuvo su paso cuando estuvo lo suficientemente cerca del rizado como para escucharlo hablar.

- Sígueme el rollo. – murmuró en voz baja.

¿Qué?

- ¿Eh?

-Venga, ríete. – susurró antes de apoyar una de sus manos en el hombro del chico y fingir una carcajada.

Harry miró a los lados algo confuso, sin saber muy bien qué hacer, aquello le había pillado totalmente desprevenido.

Sus amigos observaban la escena confusos, Harry no sabía cómo debía comportarse, pues los adolescentes que descansaban en la puerta comenzaban a percatarse de la situación y a dejar sus asuntos para interesarse por las carcajadas sonoras y contagiosas de Louis.

A la mierda, esta podría ser la única oportunidad que tenía para mantener un acercamiento con el ojiazul, y se la habían servido en bandeja de plata. No pensaba desaprovecharla.

Sin control sobre las acciones que conllevaba su cerebro, tomó aire y comenzó a reírse acompañando al joven.

Louis dirigió una mirada a los jugadores que les observaban y les mostró el dedo pulgar hacia arriba inclinándose hacia delante sosteniendo su afiebrado vientre, para continuar con la farsa.

Zayn, Liam y Niall quedaron desconcertados y alzaron sus cejas en dirección a Harry pidiendo una explicación, pero Harry simplemente continuó mintiendo a todos los presentes al reírse con fuerza.

La risa del joven pecoso inundó los oídos del rizado, creando una melodía de la cual nunca podría olvidarse. Su mano seguía apoyada en el hombro del chico, apretando la tela de su sudadera. Él deslizó su mano hasta agarrar en un acto involuntario el codo del joven, para sostenerse en pie.

Louis levantó la mirada y se secó unas falsas lágrimas de los ojos con los dedos de la otra mano, aún sonriente.

Las animadoras y los jugadores se habían marchado, todos los presentes que les observaban también y el timbre emitió su primer toque iniciando las clases tras el descanso de veinte minutos. Louis retiró su mano de hombro de Harry y miró hacia los lados en busca de sus compañeros.

sinceramente, tuyoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora