25.

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-¿Tomlinson?

El aire pareció regresar al lugar, como todos y cada uno de los movimientos detenidos en la pequeña burbuja en la que ambos jóvenes se habían encerrado hacia unos instantes.

La anciana volvió a toser, y el zumbido de las máquinas de café regresó a su posición inicial, penetrando en los pensamientos del propio Louis, que casi había olvidado para qué se encontraba en aquel establecimiento.

-¿Louis?-Rachel apareció tras la espalda de Harry, claramente agitada.

El nombrado levantó la mirada, apartando su atención del ojiverde, aún agachado frente a él.

-Te toca.

El ojiazul sintió cómo su rostro perdía el color rápidamente, cómo sus palmas empezaban a sudar, y cómo las imágenes de las últimas noches se repetían en su cabeza sin cesar, como una horrible pesadilla de la que no era capaz de despertarse.

Se aclaró la garganta, dedicándole una sonrisa cálida a Harry antes de ponerse en pie.

Su pulso aún se encontraba acelerado, aunque no podía comprender por qué. Sabía que una electricidad extraña lo recorría cuando el rizado lo miraba fijamente a los ojos, pero suponía que se trataría de su situación, débil y asustado, cuando había recurrido a Harry y éste le había prestado su ayuda. Estaba convencido de que simplemente se sentiría tan agradecido o intimidado por las circustancias, que no podía evitar que su cuerpo exerimentase aquellas sensaciones.

Tragó saliva y se ajustó la camisa azul, abotonada hasta el cuello, pasando un dedo entre la tela y su garganta, asfixiado de pensar lo que ocurriría en el interior de la sala.

-¿Quieres que entre contigo?-escuchó a Harry, que aceleró el paso hasta quedar a su lado en el camino hacia la puerta de la habitación.

-No es posible, Harry.-se adelantó Rachel.-Louis debe estar sólo en compañía de su abogado. ¿Nos esperarás afuera?

Harry sintió su corazón encogerse, mirando rápidamente a Louis con un pánico disimulado. ¿Cómo iba a soportar aquella presión estando solo? ¿Y si necesitaba que alguien le apretase la mano bajo la mesa para tranquilizarlo?

Harry asintió segundos después con lentitud.

-Eso es cariño.-Rachel besó su frente.-Puedes tomar un café mientras.

Pero Harry no quería tomar café, ni siquiera podía concentrarse en pensar otra cosa que no fuese la respiración agitada de Louis mientras lo atiborraban a preguntas aquellos hombres con pelucas del siglo pasado.

Harry sabía que Louis no estaba en condiciones de enfrentarse a aquella violenta sitación por su cuenta, y estaba convencido de que debía entrar con él, simplemente para asegurarse de que todo ocurría concretamente en el interior.

-¿Louis Tomlinson?-pronunció una voz profunda, proveniente de un gigantesco guardia de seguridad que abría la puerta frente a ellos.

Sin ser capaz de ocultar una mueca de preocupación en su rostro, Louis dedicó una rápida mirada a Harry antes de adentrarse en el lugar.

-Estaré bien, Harry. He pasado por cosas peores.

Y Harry quiso hablar, tocarlo, abrazarlo y susurrarle que él seguiría allí esperándole cuando todo acabase, pero la figura del ojiazul se adentró tan rápido en el lugar, que casi no pudo ser consciente de cómo su mano le acariciaba el hombro antes de desvanecerse.

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El martillo de madera golpeó tres sonoras veces contra el molde sobre la mesa, provocando un pestañeo repentino en Louis, que se encogió en su lugar, apretando sus manos a la altura de sus muslos.

sinceramente, tuyoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora