Capítulo 16.

167 17 0
                                    

— ¡Eres un enfermo, we!— comenzó a reír.

— ¡Es como si fuera un beso indirecto!

— ¡Enfermo! ¡Asqueroso! ¡Repugnante! ¡Giu!— MJ comenzó a fingir que vomitaría— ¡Estaban limpiando mierda! ¡Literalmente esa botella tiene heces de hipopótamo!

— Mira cómo lamo la botella— dijo el pelinegro acercando su lengua a la boquilla del envase, valiéndole un reverendo pepino que su mejor amigo tuviera toda la razón del mundo.

— No lo hagas, le voy a decir mejor te de uno de verdad porque andas bien necesitado.

— No te atrevas.

— Dame la botella, no caigas tan bajo, por favor.

— La botella es mía.

— ¿Y tu dignidad no o qué?

— Cambiando de tema, ¿Cómo te fue hoy?

— Pues... ya conseguimos que la cebra pudiera utilizar la prótesis, se mira toda idiota cayéndose a los lados— rió bajito.

— ¿Está amputada?

— Sip, se llama Marty— el menor sonrió.

— Cuánta referencia— sonrió, contento.

— Y se llama así porque tu amada le puso ese nombre.

— Te digo que es grandiosa— se tiró en el sofá de la sala.

— Lo que tú digas, Nunu.... ¿unas retas en Fifa?

— Jalados— se acomodó para sentarse y darle espacio a su amigo.

— Sólo no llores como la última vez que te gané.

— El ridículo aquí eres tú.

— Mira quién lo dice, "Es como si fuera un beso indirecto".

El menor no contestó ya que no tenía argumentos para defenderse y sólo tomó el control de la consola.


▪•▪•▪•▪•▪•▪


— Que sea la última vez que le hablas a ese muchacho, mañana te voy a reubicar en la reserva.

— No puedes hacer eso— rogó, con agua en sus ojos.

— ¿No?— arqueó una ceja— Por favor, hija, soy el superior, puedo hacer eso y más.

— ¡Pero ya te dije que fue mi culpa!

— Por lo mismo, tú nunca habías jugado en el trabajo, eso es irresponsabilidad, ese muchacho no es bueno para ti.

— ¿Cómo puedes decir eso si no lo conoces?

— Te sonsacó a eso.

— ¡Ya te dije que no fue su culpa!

— Ya está todo dicho, T/N.

— ¡Estoy harta de todo! ¡Estoy harta de ti!, ¡siempre es lo mismo!, conozco a alguien y ni siquiera me das la oportunidad de conocerlo bien cuando me prohíbes por lo menos mantener una amistad.

— Es por tu bien, hija.

— ¡No!, ya estoy grande, papá, tengo veinte años, ya no soy una niña, puedo decidir por mí misma quién está en mi vida y quién no, ¡Por Dios! Ni siquiera tengo amigos por tu culpa.

— Hay gente muy peligrosa allá afuera, no quiero que te pase nada malo.

— Déjame averiguarlo por mi cuenta entonces.

— No quiero que te pase nada malo— repitió.

— No va a pasar nada, no seas paranoico.

— Ya está dicho, no quiero que vuelvas a tener contacto con ese muchachito.

Mi África [Cha Eun Woo y tú]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora