Capítulo 22.

121 11 0
                                    

— ¿Qué haces aquí?

— Vengo a arreglar las cosas— respondió serenamente.

— Ahora no es momento.

— ¿Y cuándo lo será mujer?— resopló— No puedo pasar un instante más sin mi familia.

— No te importó eso cuando corriste a nuestra hija, ¿Verdad?

— Me cegó la ira, ¡entiéndeme!

— ¡No me pidas que te entienda eso!, ¡Por más enojado que estés no se hace!

— ¡Ya! ¡No peleen más!— gritó su hija para detener el pleito que había comenzado.

Tenía su mano entrelazada con la de su hermano, la apretaba fuertemente, estaba muy nerviosa, en cualquier momento comenzaría a llorar.

— No entienden que nos lastima verlos pelear— les reclamó Rocky pausadamente mientras aferraba a su hermana contra su pecho.

— Yo vine para aclarar las cosas, no quiero perder a mi familia.

— Papá tu la has estado fracturando poco a poco con tu actitud.

— Pero estoy dispuesto a cambiar, comenzar de nuevo, sólo nosotros cuatro.

— ¡Ese es el problema!, no queremos ser "sólo nosotros cuatro", basta aislarnos de todos, quiero tener una vida común, quiero tener amigos, quiero comenzar a vivir como una persona normal, experimentar; tener amistades, que me rompan el corazón, no importa; quiero tener algo de que acordarme cuando sea anciana para poder decir "qué buena fue mi vida", y lamentablemente, al paso que voy, no podré hacerlo.

— ¡Es que tú no entiendes que lo único que quiero es protegerte, hija!

— ¡Protegerme de qué papá!

— ¡De las malas personas!

— ¡Hay formas!, ¡Y créeme que amenazando a todos los que me rodean no es una muy buena!

— T/N tiene razón, papá, no es bueno lo que estás haciendo, no nos puedes mantener en una burbuja toda la vida.

— Pues había funcionado muy bien hasta que llegaron esos dos— señaló con el dedo índice a MJ y a EunWoo— Ellos son los culpables de nuestros pleitos, antes de que llegaran éramos muy felices— los amigos se voltearon a ver mutuamente y tragaron saliva.

— Pues lo habrás sido tú porque nosotros definitivamente no— la chica farfulló débilmente aún aferrada a su hermano.

— Yo sólo quiero lo mejor para ustedes.

— Yo también lo quiero y no por eso hago lo que tú— intervino la señor— ¿Qué te pasó?, no eras así... no éramos así.

— Te aseguro que no lo quieres saber.

— No sabes cuánto tiempo me pregunté qué fue lo que nos hizo venir para acá y cambiar todo de tajo.

— ...Bueno, creo que ya nos vamos, adiós— el pelinegro jaló del brazo a su amigo para salir de la casa.

— Espera, quiero saber cómo...— no pudo terminar la oración cuando su amigo lo pisó para que se callara y salieran del lugar.

La puerta se cerró y todos voltearon a ver al señor buscando una explicación de todo.

— Me van a odiar después de ésto— confesó su padre.

— Por muchas cosas mal que hayas hecho, nunca te vamos a dejar de querer porque eres nuestro papá— él rió con amargura ante las palabras de su hija.

Mi África [Cha Eun Woo y tú]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora