Capítulo 29.

90 12 0
                                    

EunWoo no dudó en correr para abrazarla.

— Te eché tanto de menos— comenzó a llorar.

— Y yo a ti, desde el primer día.

— Te amo mucho, mamá— hundió su cara en el cuello de su madre.

— Yo te amo más, hijo... como no tienes una idea.

— ¿Cuándo llegaste?— sorbió su nariz y luego la miró a los ojos, hacía mucho ya que no mantenía contacto fijo con la mirada de alguien.

— Hace media hora, MiJo y su amigo fueron por mi al aeropuerto.

— Esos dos lo sabían y no fueron capaces de decírmelo— hizo sus ojos una raya, con evidente resentimiento.

— Era una sorpresa, no se podía arruinar.

— No puedo creer que estés aquí— la volvió a abrazar.

— Quería verte, necesitaba verte; no soportaba estar sin ti un solo segundo más.

— Ni yo sin ti, mami.

— ¡Vamos a comprar algo para cenar! ¡Al rato regresamos!— gritó MJ desde la sala.

— Hablando de comer; estás muy delgado.

— Es que... aquí no se come tortilla— se levantó— Iré por un vaso de agua, ¿Quieres uno?— salió de la habitación.

— EunWoo, no mientas— lo siguió— Me dijo MiJo que no has querido comer bien desde hace mucho.

— Mentira, como si no conocieras a MJ cómo es— estaba nervioso.

— ¿Seguro?

— ¿La quieres al tiempo o helada?

— No me saque la vuelta, jovencito.

— No me da hambre— masculló entre dientes.

— ¿Por qué? ¿Te sientes mal? ¿Quieres ir con el doctor?

— No, estoy bien.

— Sabes el por qué estoy aquí, ¿verdad?— respiró hondo— EunWoo, soy tu madre, y sé cuando hay algo contigo; te conozco mejor que la palma de mi mano; estás mal, lo puedo ver en la forma de cómo te comportas.

— Estoy bien...

— Sé que lo repites eso más para ti que para mí, necesitas hablarlo, desahogarte, y qué mejor que conmigo, bebé.

— ¿En serio puedo hacerlo?— su voz que quebró.

— Sí, para eso vine, para que tú estés bien contigo mismo.

— Sabes que te amo, ¿verdad?

— Pero no tanto como yo a ti— se acercó para darle un abrazo.

— Es que no sé ni por dónde empezar, porque la verdad es que yo tampoco entiendo qué me pasa— hizo un gran puchero.

— Comienza desde que llegaste, desde que pusiste el primer pie aquí.

— Pues... lo primero que hice fue besar el suelo— soltó una pequeña carcajada.

— Wow, yo pensé que tu caja de la risa ya no funcionaba.

— Esa referencia parece muy de MJ, mejor dicho, Mr. Esponja.

—:Sigue con la historia— le dio una palmadita en la pierna.

— Bueno; luego me fui al hotel y al día siguiente rentamos aquí, fuimos a la reserva y pedí trabajo allí, conocí a Sanha y pues aquí estamos.

— Qué resumido, ¿No te falta algo?

— No, eso es todo...

— ¿Seguro?

— Ajá— movió su cabeza de arriba a abajo.

— Y durante todo éste tiempo... ¿sólo conociste a Sanha?

— Y a Aminata, la casi novia de Sanha...

— ¿Sólo dos?

— Y a mi maestro Dakarai.

— ¿Seguro que tres?

— Bueno... también a... a... Aleska, dice MJ que no es su novia pero yo los miré besarse... y no estoy hablando precisamente de una manera amistosa.

— ¿Y tú no conociste a alguien que quisieras no sólo amistosamente?

— Ay no, ni pensarlo, yo vine a estudiar y conocer Sudáfrica— miró al piso.

— ¿Por qué lo ocultas, Eun?, no tiene caso que lo hagas, MiJo ya me lo contó todo.

— Ese viejo mitotero— renegó bajo.

— Pues ese "viejo mitotero" está muy preocupado por ti, porque te quiere, hijo; tienes un gran amigo; pero ni él ni nadie puede hacer nada por ti si tú no cooperas.

— Es que, yo tampoco entiendo qué es lo que me está pasando.

— Pensemos, ¿Tiene solución?, claro que la tiene; sólo tienes que buscar dentro de ti.

— Es que... no lo sé.

— Tal vez la solución está en México— alzó ambas cejas.

— Pero mi sueño está en África.

Las palabras de su hijo retumbaron en la cabeza de la señora Yeo-jin, y fue cuando entendió que precisamente allí radicaba la fuente principal del problema.

Tal vez EunWoo amaba África tanto como lo hace con T/N, y al marcharse ella, el pelinegro había perdido una parte muy importante de su felicidad.

— Eun... piensa, ¿Cuántas veces se encuentra al amor de tu vida?— hizo una pausa— Lastimosamente sólo una; y quién no te dice que ella lo es... pero nunca lo sabrás si te quedas aquí con los brazos cruzados; África siempre te va a estar esperando, hijo, pero T/N no.

— ¿Entonces qué hago?

— Ir por ella, mi amor.

— ¿Y qué si no funciona?

— ¡Al carajo todo!, ¡Arriésgate!, ¡Vive!, si no funciona por lo menos tendrás la satisfacción de haberlo intentado y eso es mejor que estarte lamentando toda tu vida por nunca haberlo hecho.

— Sólo falta un mes para que el curso acabe, no me gustaría dejarlo tirado.

— Puedes volver a hacerlo— levantó ambos brazos.

— Pero...

— ¡Me desesperas, Cha EunWoo!, ya te dije lo que yo creo que deberías de hacer, ya es tu decisión si seguir mi consejo o no.

— ¿Y tú irás conmigo?

— Sabes que estoy para ti en todo lo que ocupes.




|\|\|\|\|\|\|\|\|\|\|\|\|





Gracias por leerme:)...

¿Me regalarías tu voto?

Con amor, fer:)

Mi África [Cha Eun Woo y tú]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora