Capítulo 20.

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Eran alrededor de las cuatro y media de la madrugada cuando se escuchó algo muy duro chocar contra el piso de madera.

— EunWoo, creo que se metieron a robar— susurró el mayor al pelinegro con los ojos aún cerrados.

— Levántate tú— jaló la cobija para taparse más.

— Que se roben a T/N, no hay pedo— sólo bastó la mención de ese nombre para que se levantara de golpe.

— ¡AH!— gritó alguien en el suelo— ¡Me estás pisando— se quejó el chico rubio.

— ¿Qué haces allí?— cuestionó, tallado sus ojos con ambas manos.

— T/N me tiró de la cama— lloriqueó levantándose— Creo que está dormida.

— Te equivocas, estoy despierta; me estabas quitando todo el cobertor y te pateé, tú que de idiota te caíste— se escuchó la vocecilla de la chica bajo las sábanas.

— Suena lógico para mí, eso voy a hacer contigo la proxima, Nunu.

— Ya no voy a dormir contigo llorón.

— ¡Eh que llorón!, yo que tú MJ, me lo golpeo— Sanha trató de hacer bulla.

— Deja de incentivar una pelea y vuelve a la cama— ordenó su prima.

— ¿A dónde vas, Nunito?— preguntó el mayor, mirando cómo su amigo se dirigía a la puerta.

— Por un vaso de agua, FBI.

— Tráeme un vasito de leche tibia, porfis.

— ¡Eh que le gusta la leche!— no pudo seguir diciendo cosas porque volvió a caer al suelo.

— Ya te había advertido.

— ¿Y era tan necesario tirarme otra vez?

— Sí.

— ¡Eh que lo golpea su prima menor! ¡EHH!

— MJ, cállate.

— ¡Eh que te calles dice!

— ¡EunWoo, espérame!— gritó ella para salir tras él, no seguiría aguantando más los gritos de esos dos.

— ¿Así serán en la reserva?— preguntó en cuanto la vio acercarse a la cocina.

— Lo dudo, lo que quieren es llamar la atención, pero allá nadie les hace caso, toman muy en serio su trabajo.

— ¿Quieres una malteada de chocolate?

— Sí— respondió como niña chiquita dando pequeños saltitos en su lugar.

El pelinegro sacó la licuadora de la alacena y ella la leche del refrigerador junto con un tarro de cacao en polvo.

— No encuentro azúcar.

— Aquí la tengo— aclaró el menor.

Virtieron todo dentro del gran vaso de cristal y él presionó el botón para que comenzara a batir todo.

— Saca la crema batida del refri— dijo mientras el sacaba dos vasos del lavavajillas.

En menos de tres minutos se encontraban frente al televisor de la sala tomando sus bebidas.

— ¿Una película?— ofreció el chico.

— ¡Sí! ¡de terror!

— ¡Chucky!— dijeron al mismo tiempo y se sonrieron al ver la conexión que acababan de tener.

— La última vez que miré esa película Rocky tuvo pesadillas toda la noche.

— ¿Hace cuánto fue eso?

Mi África [Cha Eun Woo y tú]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora