— Es mucho más grave de lo que pensé.
— No es nada con lo que tú no la puedas apoyar.
— Sonaste como una psicóloga—rió.
— Como tu madre, soy tu mayor y mejor psicóloga.
— Lo bueno es no tener que pagar sus servicios, distinguida dama.
— Sigue— le cortó el juego.
— La señora…
— Tu suegra— corrigió, a lo que el pelinegro sonrió.
— Mi suegra, qué bonito se escucha; perdón, me distraje; dice que por las noches tiene ataques de ansiedad, o algo así; está muy afectada por lo de su esposo y para rematar, la cereza del pastel, es que hoy es su aniversario.
— ¿Sabes qué hacía yo cuando me daba el bajón por culpa de tu padre?
— Nelpas, ¿qué?
— Me ponía hasta atrás.
— ¿De dónde?
— Hazte el que no sabe.
— Soy un alma pura.
— EunWoo— suspiró con fastidio del otro lado de la línea— Tengo vídeos tuyos bailando en un tubo porque te tomaste una botella completa de tequila; te conozco más que la palma de mi mano, no te des golpes de pureza.
— Pinche MJ— puso su mano en la frente y recorrió su cabeza en el filo de la cama de forma que ésta quedó colgando— Dile que lo extraño a ese baboso.
— Aquí lo tengo a un lado— se escuchó como palmeó algo— Has estado en altavoz siempre.
— Ah pinche, Myung-jun, siempre en el mitote, ¿verdad, hijo?
— ¡Qué rollo raza!, salúdeme a las chiquinenas que dejé allá en el calorón.
— Les diré que nunca te fuiste allá; que la realidad fue que te desapareciste porque te hiciste la jarocha.
— ¿Qué es eso?
— Que te cortaron el pene y te hicieron vagina, MiJo— aclaró la señora.
— Si dices eso, yo diré que tú te lo comiste; completito y sin depilar— la mujer soltó una carcajada.
— Diles también que estaba muy chiquito y que no me llené— el silencio inundó el otro lado de la línea.
— Entonces… entonces…— ya no tenía más qué decir, lo había desarmado— ¡Ya quisieras!, ¡Me mide el doble que el tuyo!
— ¡Já!, déjalo que muera, MJ, no me vas a ganar.
— Mira tú no me dices qué hacer, plebito cagado.
— Cállese, jarocho.
— Muerto de hambre.
— Por tu pito…— reaccionó— ¡Eso se escuchó mal!, ¡Bórralo!, ¡No era lo que yo quería decir!
— ¡Ya!, cállense los dos.
— Mamá Yeo-Jin, él empezó.
— ¿Desde cuándo le dices mamá a mi mamá?
— Desde siempre, pero tú nunca supiste porque era nuestro secreto para que no te pongas celoso.
— ¡Oilo!— la mujer dió de risotadas— Me empezó a decir así antier cuando a media noche estaba llorando por Ye-Jin— volvió a reír— Lo hubieras escuchado, parecía bebé acabado de nacer de lo que lloraba por su mami; y me pidió que si me podía decir así.
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Mi África [Cha Eun Woo y tú]
FanfictionA veces -si tienes suerte- ir en busca de tus sueños te lleva a conocer personas extraordinarias... al amor de tu vida, por ejemplo. Cha Eun Woo y tú.