¿me extrañaste?.

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La noche había llegado seguida por la madrugada, y a pesar de lo agotador que fue el día, ella no podía dormir. Daba vueltas en su suave colchón, trataba de acomodarse en todas las posiciones sin llegar a un acuerdo con su mente.

Se sentó en su cama viendo la nada oscura de su habitación, con solo una cosa en su mente, o mejor dicho alguien.

Se levantó llendo directo a su escritorio, cuidando de no pisar las herramientas o artilugios regados por el piso, y encendiendo su computadora comenzó a buscar información.

Busco en todo tipo de página u fuentes de información; reportes, teorías, todo... Pero poco o nada fue lo que encontró como relevante. Solo lo que ya sabía o teorías estúpidas que rozaban en la ignorancia, hasta que se topo con una.

shugoshin no Mori, el lugar de descanzo del dios que protegía los cielos.

Ella era una mujer de ciencia, creyendo firmemente lo que sus ojos veían, la verdad lógica más allá de cualquier creencia religiosa o supersticiosa. Pero aquel titular la atrajo poderosamente, como si estuviera conectado con él.

Dió click abriendo una nueva pestaña. Lo que encontró fue una leyenda mitológica:
Un día en la época feudo de Japón, los cielos se partieron en un estruendo que anunciaban la caída de un dios, uno que protegía los cielos de los espíritus malignos y otros dioses malvados. Sus guardianes protegieron el bosque donde su señor guardaba reposó, acababan con el avaricioso y los justos eran bendecidos.

Los aldeanos le rindieron culto con devoción y respeto, construyeron un pequeño templo a las afueras del templo donde dejaban sus ofrendas, pedían que las cosechas crecieran, que las lluvias les favorecieran etc... Todo era cumplido siempre y cuando no rompieran la regla sagrada de no irrumpir en el bosque, o no pedirlo con la intención de doblegar al débil.

Una de las historias más relevantes que ocurrió en el shugoshin no Mori era una que lo conectaba con el legendario espadachín más grande de todos los tiempos Musashi Miyamoto, la historia relata que el legendario Ronin había llegado a la aldea.

Buscando una posada para guarecerse de la noche, el hombre había escuchado la leyenda que rodeaba al bosque y la aldea. El hombre orgulloso y embalentonado entro al bosque ignorando la advertencias.

Los días pasaron, lo meses lo siguieron y las estaciones también, todos daban por muerto al hombre... Hasta que un día, en el comienzo de la primavera, salió del bosque, ya no siendo aquel guerrero orgulloso y salvaje, sino un sabio maestro de la espada.

Miyamoto relataba que se había encontrado con uno de ellos, y pidió de rodillas que le enseñará el arte de la espada. Al principio el guardián se mostró reacio y le pidió que se marchara, pero la perseverancia del hombre hizo que lo tomara como disipulo con una sola condición.

Que dejara atrás el camino de la codicia, el orgullo y los deseos mundanos; que utilizará su conocimiento y habilidades para la protección de los inocentes y el buen de los débiles.

Fue a partir de ese día que el formidable espadachín viajo de pueblo en pueblo no para desafiar a los más fuertes, sino para proteger a los débiles...

Como su único y verdadero maestro Umbra le había enseñado

Cerro su laptop impactada, mordió su uña del dedo pulgar tratando de digerir todo lo que había leído. Su mente comenzó a conectar todo volviéndose un caos conectando todo... Teniendo lógica...

Melissa: -...¿Cuántos secretos ocultas, Izuku?- pregunto viendo al cielo a través de su ventana.

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come from the void. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora