απληστία

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απληστία (aplistía)= Avaricia


Miró con quien había chocado y descubrió que se trataba de Bobby Brown, su vecino. Un joven apuesto de personalidad irónica. Era alguien que siempre buscaba sacar una sonrisa a cualquier persona con la que chocaba. Era un vecino admirable, fuerte y muy noble. El rubio recibió su bienvenida el mismo día en que llegó a ese complejo en compañía de Shannon. Bobby les ayudó con las cajas y a acomodar los pocos muebles que consiguieron para que Johnny viviese ahí con lujos básicos. Servicial y hablando de varias cosas.

Shannon se sintió cómoda con el hombre y pudo hablar abiertamente con él. Le había agradado enormemente y presentía que sería una buena compañía para su protegido. Johnny, en cambio, apenas y pudo cambiar un par de monosílabos con Brown. Era una pura timidez la que embriagó al rubio. No estaba acostumbrado a tratar con gente nueva que actúe como lo hizo Bobby.

Tratar con gente tan noble y humilde era un enigma alucinante para Johnny. Le parecía complejo y muy imposible. Pero desde que llegó a parar en South Beach, es con el único espécimen con el que ha tratado personalmente, sin tener que ver con su trabajo. Le sorprendía y llenaba de mortíferas dudas.

No podía comprender cómo es que llegó a parar con gente que se preocupa verdaderamente por él, que ofrece una mano para levantarse y hombro dónde apoyarse. Con gente que quiere hablarle sin mayor intensión que entablar una amistad. Era tan complejo y tan mágico encontrarlos. Y South Beach parecía estar lleno de personas como Bobby, como Julie y su tía Louise, como Shannon, como Ned; y también se encuentra gente como Chozen, como Jimmy..., y como su Señor LaRusso...

La variedad, esa explosión cultural, esa mezcla tan heterogénea de personalidades era algo que llamaba en demasía su atención. Le llena de tantas dudas y le llena de tanta esperanza que prefiere creer perdida.

—Ammm, Johnny, ¿está todo bien? —Preguntó Bobby tratando de llamar la atención del bello rubio en frente suyo.

Éste, por su parte, salió de sus cavilaciones y trató de concentrar su atención a su vecino. Estaba algo perdido debido al sopor del sueño y el cansancio. Lo que más deseaba era entrar a su departamento y estar bajo la fría regadera y bañarse. Los ensayos le molieron las piernas y sus caderas adoloridas no le estaban ayudando, a decir verdad. Estaba cansado y ya. Pero, tampoco podía seguir siendo grosero con alguien que también busca tanto por él.

Asintió, inseguro. Había muchos pensamientos que golpeaban su alma de manera impetuosa. Estaba realmente perdido, no lo puede negar. Le costaba encontrar lo que quiere decir y lo que no, lo que quiere hacer y lo que no, lo que quiere ver y lo que no, lo que quiere sentir y lo que no. Estaba atrapado en sus propios e incesantes pensamientos, aquellos que le estaban ahogando como nunca lo imaginó. Le llenaba de angustia. Pues todos estaban con el nombre de 'Señor LaRusso' tatuados en su piel. A rojo vivo, ardientes, sensuales. Cada imagen, cada sonido, cada aroma estaba impregnado de ese elegante hombre.

Y le aterraba tanto aquella obsesión que desarrolló tras sólo una noche.

Deber hacerse la idea mejor que nadie: es demasiado probable que nunca más lo vuelva a ver. Miles de hombres y mujeres llegan a parar entre sus piernas, y Johnny debe de atenderlos por igual, sin favoritismos. El Señor LaRusso es su cliente, y ya.

Miró a Bobby directamente a los ojos; y, por medio de ese contacto, le rogó que le dejara ir por esta vez. No se sentía con la fuerza de hablar, ni con las ganas de, siquiera, intentarlo. Y tal parecía que su vecino entendió perfectamente el mensaje con un código mudo y un canal óptico. Bobby suspiró profundo y asintió rendido. Comprendía que Johnny no estaba ahora para tratar con nadie. Casi siempre está de ese modo.

La Jaula de las Locas. (LawRusso) [Adaptación]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora