La Jaula de las Locas. (LawRusso) [Adaptación]

Μ ε γ ά λ η α π ό σ τ α σ η

Μεγάλη απόσταση (Megáli apóstasi)= Lejanía.

ADVERTENCIA: Escenas violentas explícitas. Mención de sangre en grandes cantidades.

La Jaula de las Locas abrió sus puertas a los comensales con la apertura de la semana casino navideña. El establecimiento fue decorado de esa manera característica que lo vuelve icónico, pero con el toque de las fiestas decembrinas. Las jaulas de oro donde estaban los bailarines tenían las clásicas lucecitas adornando un barrote vertical sí y uno no. Además de ramas y plantas clásicas de las temporadas por el perímetro de las bases para darle ese contraste.

Un árbol gigantesco y lleno de preciosas decoraciones al centro del establecimiento en paralelo al escenario. Lleno de esferas doradas, rojas, plateadas y blancas. Distintas luces blancas y amarillentas. Listones que bajan en cascada libre que parten de una enorme estrella de cristales que brillaba por cada luz que chocaba con ella.

Las empleadas usan vestidos cortos de Santa Claus y Renos navideños, presumiendo sus atributos característicos. Sus largas piernas estaban tapadas con medias de red unidas a ligueros brillantes y sus faldas extremadamente cortas que aprovechaban de que, cada vez que se agachaban, mostraban alguna sorpresita de agradable vista. Algunos hombres usaban corsés de la misma temática con tacones y maquillajes delicados. Otros hombres usaban pantalones ajustados de colores rojos, blancos o negros, con camisas de ligera tela y pegadas a sus cuerpos. Presumiendo sus atributos y pecaminosos cuerpos ante los hombres y mujeres que disfrutaban de los servicios del burdel.

Hoy se presentaban Chozen, Shannon y Johnny, así que la casa estaba bastante llena. Muchos ya estaban tomando sus asientos en las mesas que estaban destinadas para los espectáculos. Algunos más bebidos que otros. Pero disfrutando del buen ambiente que ofrecía el prostíbulo. Algunos comensales se sentaban con una exquisita y carnosa mujer sobre sus regazos. Mujeres estaban acompañadas por hombres de ensueño que susurraban obscenidades al oído. Otros simplemente seguían en los juegos tipo casino alrededor del árbol. Las bebidas iban y venían.

Ned miró desde la barra cómo es que ya todo estaba siendo puesto en marcha para comenzar con los espectáculos. Shannon debía de estar con las estrellas tras bambalinas retocando los maquillajes y retocando el suyo propio. Verificando que todo salga a pedir de boca. El bar tender suspiró y rodó los ojos. Sólo una jornada más en La Jaula de las Locas.

De pronto, escuchó el bar tender que un mesero le pedía un Vodkatonic, y Ned se dio cuenta de que no había más reservas a la mano. Debía ir a la bodega. Así que dejó al mesero a cargo de la barra y servicios en lo que volvía. Sería rápido.

En menos de diez minutos, Ned volvió con una caja con botellas de licor y le agradeció al empleado. El mesero le restó importancia y esperó por las bebidas que sus comensales encargaron. Magistralmente, Ned preparó cada uno de ellos y le dio al mesero un guiño de agradecimiento. Sí, definitivamente era una jornada más que agregar a la lista. Ned suspiró y miró la hora. Ya era tiempo de poner a todos con atención en el escenario. Así que tomó el micrófono y les dijo a todos que estén atentos porque el dios de las mentiras ya había llegado.

Las luces cambiaron de color y Ned admiró que Mike no estaba a la redonda. El hombre, lo más seguro, vendría más tarde. Desde que se convirtió en pareja de Chozen. El dios del engaño rebajó sus turnos. Ahora era sólo una estrella de presentaciones, mesero y ayudante de la barra. Ya no daba servicios. Aquello le impresionó, Ned esperó que Chozen deje de trabajar. Pero no, el dios del engaño seguiría siendo una de las estrellas más cotizadas de la Jaula.