La Jaula de las Locas. (LawRusso) [Adaptación]

Αξιοθέατα

Αξιοθέατα (Axiothéata)= Atracción

Como tal, Johnny sintió que dio una buena presentación. Y no entendió por qué tenía la ansiedad de que así debía de ser. Quería haberlo logrado bien. Le dieron la oportunidad de ganarse cinco mil dólares para él solo. Shannon se lo aseguró. Y él los necesitaba.

Más no entendía qué tenía ese hombre.

Pero algo poseía que lo volvía una total perdición en el encuentro del más febril deseo y menester.

Había algo en su mirada que le asustó e intrigó en partes iguales. No sabría explicarlo, pero todo aquello le resultaba sumamente nuevo. Nunca había visto hombre igual. Que despida tanto egocentrismo y carisma como él con su Whiskey en las rocas en mano. Tenía en exceso miedo. Pues algo tendría que reconocer de sobremanera el blondo: de esta no saldría sin ningún tipo de atajo. No los necesita, nos los quiere, no los considera, siquiera. Porque había bailado con todo lo que su fachada puede regalar: un sensualismo repartido en perfectas proporciones sobre las tablas, el brillo y el sudor de la música expedida para sacar a relucir al afamado "Capitán".

Podría recordar con fuego vivo cada paso, cada desliz y cada mirada en su secuencia. Cómo la música lo guio para que los espectadores se deleitaran con el movimiento de caderas y su exuberante culo. Dejando una esencia que él ya creía perdida: dejó pasión de verdad.

Y por eso estaba asustado.

¿Qué clase de brujo era aquel hombre de ojos castaños que lo volvió un títere de su lívido?

Uno tan poderoso como para poder pagarle cinco mil dólares por una noche de sus servicios. Algo tiene que reconocer Johnny: tendría que dar su mejor desempeño, hacer valer tamaña cantidad de dinero. Haría delirar a su brujo. A su encantador. A su comprador.

Así que en cuanto terminó y recibió ovaciones, él sólo pudo buscar a alguien...

A Shannon. Y no la encontró.

Bajó del escenario y se dirigió a los camerinos. Tenía que quitarse el body Paint y arreglarse para recibir a su cliente. Por estar en semana temática, tendría que recibirlo como tal. Debía volver al traje de conejito. Se retiró el disfraz de "Capitán" y se puso con cuidado otro tipo de medias de red negras que realzaba la lucidez de su piel, asegurándolas con unos ligueros de color azul rey. Y ahora complementó la parte superior con un corsé de la misma tonalidad de los ligueros que se ajustaba perfectamente a su cuerpo, delineando sus curvas y sus músculos, y con la colita blanca del animalito grande y brillosa ya incluida. De lazos blancos por la parte de en frente, jalándolos con fuerza para que ciñeran más su cuerpo; unos tacones plateados mate de aguja de casi siete centímetros; las mismas orejas que estuvo usando durante su jornada anterior y un ligero maquillaje que se componía por delineador negro superior únicamente como realzador y brillo labial que hacían aún más apetitosos sus labios, listos para ser devorados por unos billetes extras.

El besar cuesta aparte como cuotas variadas. Las estrellas determinan cuánto sería al final si es que aceptan unir labios con desconocidos, si no lo deseaban estaba terminantemente prohibido. Y no acatar esta orden podría terminar sacándote del burdel sin tener la oportunidad de volver jamás.

Johnny suponía que ese brujo desearía besarle. Y, de alguna manera, se quiere engañar con que aceptaría debido a que estaban pagando demasiado por él esa noche, él no se lo negaría sin reparo alguno. Sin embargo, sólo tú y yo, buen lector, sabremos que no es así, que Johnny desea ser besado por puro morbo. Quería ser profanado por quien lo compró. Ni siquiera el rubio podrá darse cuenta de ello, ¿por qué?, ¿qué tanto cuesta desear ser follado por un hombre atractivo por el trabajo? Sencillo: el miedo sigue y seguirá siendo más poderoso que cualquier otra sensación. Duele pensarlo de esa manera, pero así tenía que ser. Johnny no puede confiar en nadie, pero debía de obedecer.