La Jaula de las Locas. (LawRusso) [Adaptación]

Φ ω ς

Φως (Fos)= Luz.

Los pasos se escucharon como resonantes y funestos ecos a lo largo de todo el espacio vacío. Eran tan temibles como ensordecedores. Eran lentos y continuos. No tenían la intención de subir en fuerza y velocidad. Iban a su ritmo. Iban con un propósito perfectamente marcado. Aquellos pasos resonaban en la propia psique de Daniel Massimo LaRusso a lo largo de aquel almacén a las afueras de la ciudad. Afuera había un ameno clima a pesar de ser vísperas de navidad. Era cálido, un sol ameno y la brisa era tenue y muy reconfortante. Todo parecía perfecto. Todo parecía ser una víspera de navidad más.

Para el empresario no era así. Para Daniel era todo, menos un buen día. Porque lo habían alejado del chico que quería. Porque ese chico que quiere estaba hospitalizado, en coma y gravemente herido. Aunque había salido de la fase de peligro, Johnny seguía dormido. Seguía peleando con la vida para despertarse. Ya lo habían dañado bastante. Aun así, Johnny se levantaba y lo volvía a intentar. Daniel quería que así fuera nuevamente. Que Johnny se levante y diera el último golpe. Porque batallas ya había dado, y muchas, algunas las perdió, algunas las ganó. Pero era hora de ganar la guerra.

Daniel reconocía que nadie más que Johnny merecía esa victoria. Y ya estaba cerca. De verdad que ya estaba cerca. Y se aseguraría de que así fuera. Johnny no estuvo peleando tanto, no estuvo sacrificando tanto para que le hagan esto. Era ahora o nunca, y Daniel lo sabía bien. Era un solo tiro, de fallar, todo se iría a la mierda. Perderían todo lo que hicieron. Perderían el rastro de Silver y Cobra Kai, y perderían nuevamente de vista la libertad de Johnny. Era ahora o nunca para vengarlo y para ayudarle a salir del dolor.

Ya casi, sólo un poco más. Ya casi, pronto Johnny saldría de la interminable tristeza y comenzaría a vivir. Daniel ya tenía tantos planes para el rubio. Le ayudaría a seguir con sus estudios, le llenaría de seguridad, lo ayudaría con su recuperación. Haría todo lo que sea necesario para que Johnny sea feliz. Ahora, sólo debía dar el disparo final con Cobra Kai y con Silver, y que Johnny despierte para que su vida en verdad comience. Y que comience con el pie derecho. Ya casi. Ya faltaba poco y Daniel podía comenzar a sentir la calidez de la luz del mañana, al lado de Johnny y una nueva oportunidad.

¡Una vez más, una vez más! Daniel buscaría por la felicidad de Johnny hasta el fin del mundo y de su vida. Y, una vez al otro lado del camino, Daniel seguiría peleando por ello. Porque ya no huiría. Porque ya se cansó de tener miedo. Johnny ya le ha causado tantos pesares. Era hora de terminar con ello y hacer algo bien. Hacer algo por los dos y que sea un final con un sol amarillo y la brisa del mar golpeando sus mejillas. Serían felices.

Caminó y miró que Terrence Silver ya estaba en el lugar. La sonrisa del mafioso sólo le provocó más escalofríos al empresario. En verdad que le parecía el ser más despreciable en el mundo. Ver cómo es que se paraba ahí, con tanta naturalidad y sin un vestigio de arrepentimiento por todo lo que hace, le dio náuseas a Daniel. La comodidad y el poder no podían ser tan grandes como el horror.

¿Cómo podía dormir ese hombre sabiendo que día a día acaba con millones de vidas? Era un maldito degenerado que ha abusado de mucho y muchos. Y sólo buscaba más y más poder.

Daniel no se lo permitiría. No le daría nada de ese beneficio al maldito hombre frente a él. Porque ya había sido suficiente. Porque ya era hora de redimirse.

Se miraron a los ojos y Daniel sintió repulsión en cómo es que el hombre no se levantaba de la silla en la que se encontraba. Estaban solos. En medio de ese almacén, para alejar las vistas chismosas de los negocios. Daniel decidió acordar de esa manera con Terrence cuando le llamó para la firma de los convenios y ceder el quince por ciento de su participación en su nuevo proyecto a cambio de la distribución. La luz de la mañana entraba con calma y reposaba sobre la mesa de plástico plegable que tenía el maletín con el documento y las plumas. El dinero sería después. Y realmente, era necesario cerrar cabos sueltos antes de hacer una inversión como la que Daniel exige por su proyecto. No le importaba el tiempo de retorno de inversión a Silver, sabía que sería una mínima cantidad en comparación de los grandes negocios que estaba por arrancar. Sabía que Daniel no podía ser tonto como para interponer un estúpido prostituto con el negocio del futuro.