14. Un Año Sin Su Amor

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7 de diciembre de 2020

— ¿Qué sucede Chris? ¡Responde! —dice Melanie con preocupación.

— ¿Por qué gritas, hijo? —pregunta mamá, alarmada.

—No fue nada, tranquilas...

— ¡No digas que no fue nada! ¡Dime qué está pasando! —me riñe mamá.

—Tuve una pesadilla, es todo.

— ¿Y esto tiene que ver con Leonardo?

— ¡Mamá, por favor! No comencemos con lo mismo de siempre. Hablamos después, ¿de acuerdo?

Mamá cierra la puerta sin decir nada. Melanie se levanta del sofá-cama para abrazarme mientras me da palmadas en la espalda.

—Ya pasó, Chris.

—Tuve un sueño terrible, Mel. Soñé que el auto en el que iba junto a Leo volcaba, él terminaba tendido sobre el asfalto. Él se encontraba ensangrentado y agonizando de dolor mientras que yo no sentía las piernas. Me arrastré hasta donde estaba él y le rodeaba con mis brazos su cuerpo. Le pedía que no se durmiera, pero era inútil, su cuerpo no resistió y murió en mis brazos. Cuando pasó eso grité y me desperté.

Melanie no sabe qué decirme.

—Desde que Leo murió no había tenido esta clase de sueños.

Miro el reloj de mi teléfono. Son 3:45 de la madrugada. Justo la hora en la que mi novio se accidentó hace un año.

—Trata de calmarte, Chris —comenta Melanie —. Respira profundo.

—Lamento haberte asustado...

—Descuida...

—Trata de descansar Mel. Prometo no despertarte otra vez.

Melanie regresa al sofá-cama. Se queda mirando al techo y pregunta con timidez:

—Aún no superas la muerte de Leo, ¿no es cierto?

—Jamás la superaré así pasen 40 o 50 años y tampoco olvidaré que viví la experiencia más triste y traumática de toda mi vida. La peor parte fue ver a mi novio en esa cama de hospital luchando por su vida mientras dependía de algunas máquinas. Sentí que el mundo se me acabó cuando me enteré de que Leo había muerto y quedé helado cuando la mamá de mi chico me culpó por lo que había sucedido.

— ¿Tuviste la oportunidad de despedirte de él en el funeral?

—Ni siquiera supe dónde fue el funeral ni en dónde lo exhumaron. Le pregunté a Sam, su mejor amiga, pero tampoco sabe dónde descansa Leo.

— ¿No te resulta extraño que ni siquiera su mejor amiga sabe ese dato?

—No había pensado en eso...

—A mí no me permitieron visitarlo en el hospital. Cuando pregunté por Leo la enfermera de la recepción me dijo que se encontraba en la habitación C-101 y en eso la madre de Leo intervino y me comentó que su hijo había muerto por eso estaba en la recepción haciendo los trámites necesarios para trasladar el cuerpo a la funeraria. Dudo mucho que a Sam le negaran la entrada al hospital. Ella sabe en dónde está Leo, pero no quiere decirte.

— ¿Por qué no querrá decirme?

—Lo más seguro es que la madre de Leonardo tenga algo entre manos. Así como yo soy amiga de tu familia lo ha de ser Sam y si ella suelta la lengua sobre dónde está Leo se echará de enemiga a la bruja esa.

—Algo debo hacer para encontrar a Leo, pero ¿qué hago?

— ¿Qué tienes en mente hacer?

—Por ahora nada, pero ya se me ocurrirá algo. Lo que me atormenta es por qué demonios me ocultan está información. ¿Qué consiguen haciéndolo?

Amore Mío 2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora