5. Algún Día Me Amarás De Nuevo

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21 de agosto de 2019

Hace dos días volví a escuchar la voz de Leo mediante una llamada telefónica que le realicé. Después de dos meses volveré a saber lo que es recibir un abrazo y un beso de parte de Leo. No lloraré más cada noche ni me lamentaré de que por mi culpa ese noviazgo prometedor, de seis días, se fue a la basura. Intuyo que Leo también se muere por regresar y retomar nuestra relación.

Pasando a otro asunto: aquí en el vecindario hice un nuevo mejor amigo, se llama Emiliano y hoy ha venido a disfrutar de una linda mañana.

- ¡Chris, buen día! -dice Emi al abrirle la puerta-. ¿Te desperté con los toquidos de la puerta?

- ¡Oh no! Descuida. Sólo veía la televisión -le invito a pasar-. Después de todo ya son las 11 a.m.

-Me encanta tu pijama. ¿Dónde la conseguiste?

-Gracias -intento sonreír-. No recuerdo dónde la encontré, pero me la obsequió la persona más especial del universo en la navidad pasada...

...aquella Navidad en la que invité a Leo a la cena e hicimos una fogata.

- ¿Qué pasa? ¿Dije algo malo? -pregunta Emiliano preocupado.

-Tranquilo. Sólo me acordé de algo que tengo pendiente. Es todo -agacho la cabeza.

-Si tú lo dices... de acuerdo.

Camino a la cocina a buscar fruta para preparar unos batidos y le ofrezco uno a Emi. Asiente con la cabeza e insiste una vez más en que responda su pregunta.

- ¿Por qué me evades?

-Está bien. Voy a contarte qué sucedió.

Enciendo la licuadora y comienzo con mi relato. Lo hago a propósito para que mi amigo no me escuche.

Sirvo los dos batidos y nos sentamos en el comedor a disfrutarlos.

-Delicioso -dice Emiliano y sonríe-. ¿De qué es?

-Adivina...

-Es de... ¿fresa?

-El batido lleva fresa y otros frutos rojos más.

Emi le da otro trago a su bebida.

-Mmm... ¿lleva frambuesa? -le da otro sorbo e intenta acertar -. ¿Arándanos también? Y algo más a lo que no logro distinguirle sabor.

-Te faltó decir cereza, mora azul y avena.

-Nunca lo había probado, pero está delicioso -dice y mira su vaso y una vez más le da un trago.

Voy por los wafles que preparó mamá y los coloco al centro de la mesa. Le cedo un plato a Emi quien de inmediato se sirve tres y los baña totalmente con miel de maple. Corta un trozo y lo degusta. Cierra sus ojos y parece ser que los está disfrutando.

- ¡Qué delicia! Tendré que levarme algunos a casa...

Miro comer a Emiliano y le pregunto:

- ¿Nunca habías comido wafles?

-Algunas veces. Los compro hechos; de ésos que venden en los puestos callejeros, pero no había comido unos tan deliciosos como éstos. En casa no los comemos porque a mi familia no les gustan y a mí ni siquiera me dejan que mire hacia la cocina.

- ¿Qué quieres decir con lo último?

-Mis padres quieren que estudie Derecho, así como ellos, pero yo amo la cocina y a mí me gustaría estudiar gastronomía y en un futuro tener mi restaurante. Ellos dicen que mejor me olvide de esa idea y del sueño de tener mi propio negocio.

Amore Mío 2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora