2. ¡Feliz Navidad!

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NARRA CHRISTIAN

24 de diciembre de 2018

Hoy es un día muy especial. Es una fecha para compartir con la familia y, ¿por qué no?, también con los amigos.

Mamá me dio permiso de invitar a Leo y su familia a pasar esta noche conmigo, pero me he salido con la mía y le he llamado para que viniera a pasar toda la tarde a mi lado. Acordé con él que nos veríamos en el pequeño parque que está cerca de la avenida.

―Hola ―dice y se cohíbe.

― ¡Qué bien luces! ―le respondo con un cumplido y provoco que se ruborice aún más.

―Tú también luces muy bien. Mejor que yo, se podría decir.

―Vayamos a patinar. Cerca de aquí está el centro comercial donde hay una pista de patinaje ―propongo y así evito que siga con sus inseguridades.

―Pero... no sé patinar ―dice y agacha la cabeza.

―Eso no es impedimento. Hoy aprenderás y yo te tomaré de la mano hasta que te sientas preparado para patinar por ti mismo ―levanto su cabeza y me sonríe con ternura.

―Está bien, Christian. Te lo agradezco.

―No tienes nada que agradecer. Lo hago con mucho cariño.

Lo tomo de la mano y vamos camino al centro comercial pero antes hacemos una pequeña parada en una cafetería. Leo, como siempre, pide su café descafeinado y yo he ordenado un frappé de yogurt con zarzamora.

―Sentémonos allá afuera, Christian ¿sí? ―señala la mesa que está libre.

― ¿Por qué no aquí dentro?

―Quiero estar a solas contigo.

―Allá fuera también hay personas. No estaremos a solas.

Leo hace caso omiso y sale a reservar la mesa.

― ¿Qué esperas, Christian?

―Ya voy.

Una vez fuera Leo me explica la razón por la que hemos salido de la cafetería.

―Mientras hacías el pedido de nuestras bebidas, había un chico que no dejaba de mirarte.

― ¿Y eso qué tiene de malo? Quizá le gusté a ese chico.

Leo frunce el ceño. Ahora está molesto.

―Deberías ir a conocerlo. Date prisa antes de que se vaya.

¡Oh, oh! Ahora está celoso.

―Suelo provocar un efecto hechizador en los chicos, Leo.

―Seguro que sí. Por algo me enamoré de ti ―dice y se escuda detrás del vaso de su café.

― ¿Qué es ese "algo" que hizo que te enamoraras de mí?

―Aún no lo sé. Simplemente me encantas, Christian ―responde―. Y no me preguntes más cosas, ¿entendido? ―vuelve a sonrojarse.

En ese momento va saliendo el chico del que Leo se ha puesto celoso.

―Hola, guapo ―me dedica un saludo con una gran sonrisa y apresura su paso para subirse a su automóvil último modelo.

Leo se ha sentido mal.

― ¿Qué pasa? Sólo me saludó.

―Ese es el tipo de chicos que te mereces: altos, rubios, adinerados y con un automóvil. Alguien así, como él, te hará feliz...

Amore Mío 2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora