Capítulo 13 - Recuerdos.

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Matsumoto terminó de recordar aquellos hermosos momentos, cuando Gin vivía en la Sociedad de Almas con ella, cuando aún nadie sabía sobre los planes de Aizen y en los cuales el shinigami albino decidió involucrarse por amor a Rangiku, para según él limpiar el sitio de tanta corrupción.

Todo el que veía a Matsumoto solía llevarle hambre a su cuerpo, pero nadie se preocupaba realmente por cómo se sentía a nivel sentimental y mental, excepto Gin, a él sí le importaba lo que ella pensara, sintiera y dijera, era el único que podía verla de frente sin sangrar de la nariz o perder la cabeza por tener pensamientos lujuriosos y superficiales. Ningún hombre había ofrendado su vida por voluntad propia, por amor a ella, nadie. Pero cuando lo vio del lado de Aizen, ella no sólo se sintió traicionada, sino que también sintió el deber de "traer a Gin de vuelta a casa", esa fue la razón por la que lo siguió hasta el final de aquella cruda batalla, traicionando la vida a ambos shinigamis al brindarle a Aizen el poder "absoluto" y con ello la potestad de arrebatarle la vida a su mejor soldado, Gin, por traidor. 

La partida que él dejó en la vida de la Teniente del décimo escuadrón fue tan grande, que su depresión le llevó a cortarse el cabello, pero cuando su herida sanó lo dejó crecer de nuevo, como símbolo de su fortaleza y crecimiento personal, que era por lo que siempre veló su enamorado Ichimaru. Y si bien la vida los separó la vida misma los reunió... 

🔻🔻🔻

—Matsumoto... —le llamó su pequeño y gruñón capitán, cruzandose de brazos por verla dormida en el sofá de la oficina, como siempre.

Ella muy asustada se despertó y reincorporó de golpe, ¿qué había pasado? fue lo primero que se preguntó al verse en aquel lugar. Toushirou la notó extraña pero no le cuestionó nada en el instante, al contrario, la dejó estar, observando todo lo que hacía y cuando no pudo asimilar su presente, finalmente le preguntó a su Capitán:

—Taicho... ¿qué sucedió?

—Eso debería preguntarte yo, ¿qué te sucede? —alzó una ceja, intrigado en lugar de estar enojado.

— ¿Y Gin? ¿dónde está Gin? —preguntó viendo hacia todos lados como si esperara a que se apareciera como por arte de magia.

—...Murió hace mucho... ¿no lo recuerdas? —le aclaró siempre muy intrigado.

— ¿Que no decidí quedarme a vivir en el mundo de los humanos al lado de Gin? —le miraba acongojada.

—...Matsumoto... no sé qué te sucede, pero sea lo que sea intuyo debiste haber dormido de manera profunda y tuviste un sueño que consideraste como tu realidad... ve a dar una vuelta por ahí, ya luego hablaremos de nuestra misión.

— ¿Cuál? —preguntó curiosa.

—Luego te daré los detalles.

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Matsumoto no podía aún terminar de asimilar su sueño, lo sintió tan real que juraba era real pero no lo era, era sólo su fuerte deseo reprimido que le hizo soñar todo aquello.






                                           ¿FIN?

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