Capítulo 9 - Tsuzurao.

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─Pensé que aquel hombre era tu novio...

─Claro que no, él y otros bobos viven diciéndome cosas así, pero a mí no me gustan. ¿Qué te hizo pensar eso?

─Porque el día que te defendí de él no me diste la oportunidad de decirte nada, sólo me recordaste que mi prometida me esperaba... entonces pensé que lo estabas defendiendo de una manera discreta.

─Ya veo, pero no era así... Yo lo siento, pensé que estaba lista para dejarte ir y dejarte hacer tu vida... pero cuando me entregaste la invitación para tu compromiso... simplemente no pude soportarlo, incluso fingir felicidad por ti me resultaba difícil... Creo que sí soy muy egoísta...

─Quizá, pero a mí me gustas tal como eres. Yo lo tomaré como un llamado de atención de que no debo seguir con todo esto...

***

Matsumoto regresó a casa con un poco más de sosiego, ya que no sabía qué tipo de problemas tendría Gin al decirle a su prometida que ya no llevarían a cabo la fiesta.

─Te ves mejor, Matsumoto ─le dijo su capitán y quien le esperaba en el pórtico.

─Taicho... ─dijo un poco sorprendida.

─Supongo que al final solventaron sus problemas sentimentales, Ichimaru y tú ─aclaró.

─Sí... me aseguró que ya no va a comprometerse, pero estoy muy nerviosa por cómo pueda reaccionar esa niña...

─Comprendo... Si sus padres son vengativos entonces Ichimaru tendrá doble problemas, el Gotei y los padres de la chica esa.

─ ¿Cree que sea conveniente que vaya a verlo?

─Sí, su vida puede estar en riesgo. Por mi parte daré una vuelta más por la ciudad, hay demasiada quietud que estoy pensando en cualquier momento estaremos envueltos en una batalla...

Matsumoto se puso seria, asintió y entró a la casa a dejar sus cosas, se cambió de ropa por una más cómoda para ir en busca de Gin.

Éste había llamado a su prometida, para no tener que verla, por lo mismo que le «temía» a su mal carácter.

─Lo estuve pensando y no estoy listo para comprometerme aún...

─ ¡¿Estás tomándome el pelo?! ¿Hay otra chica no es así?

─...Tendré muchos amores y desamores mientras no termine de madurar ─fue todo lo que dijo.

─No vas a librarte de esto, Gin ─expresó en tono amenazante.

─No puedes amenazarme, te demandaré por ello ─contradijo sin dejarse intimidar por ella.

─No lo harías.

─Claro que sí. Yo sólo te digo que no estoy listo para esto, tú y yo sabemos que es por puro interés, tus padres quieren que te cases para tener un status social para dejarte al mando de su empresa y yo... pues sólo quería ayudar a alguien... Esto se termina, adiós.

Cortó la llamada, escuchando el profundo silencio que habitaba en su pequeño apto... Hasta que el tono del timbre le hizo sobre saltar, yendo a la puerta pensando que podría ser Yoko.
Para su suerte, Matsumoto se «identificó», diciendo:

─Soy yo, Gin.

Dicho eso la puerta se abrió, entrando la rubia, cerrando luego con llave el dueño del lugar.

─Pensé por un momento que eras mí «prometida» ─dijo con una sonrisa nerviosa.

─ ¿Sucedió algo? ─interrogó preocupada.

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