Capítulo 10 - El nueve colas.

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Hitsugaya estaba bastante inmerso en la batalla que se protagonizaba en el cielo, pero no lo suficiente para sentir llegar a Hisagi, justo por sus espaldas.
De no haberlo sentido llegar y bloquear dicho ataque con su espada, el Teniente habría tomado la vida de Matsumoto.

─Cabrón, ¡¿qué demonios pasa contigo?! ─reclamó molesto el ojiverde, desviando la espada del pelinegro hacia un lado blandiendo su arma con la fina intención de hacerlo en dos, sin embargo, Hisagi saltó hacia atrás.

Matsumoto miró con sumo perplejidad a Shuuhei, pero no dijo nada.

─Las ordenes fueron claras, ordenaron tomar la vida de los traidores ─se excusó.

─ ¡Eres un maldito cobarde porque la atacas a ella que no está haciendo uso de sus poderes de shinigami en lugar de a mí! ─se puso en guardia─ Esto te saldrá caro, Hisagi... ─amenazó seriamente mientras se ponía en guardia, lanzándose sin previo aviso al ataque del pelinegro.

Toushirou se había vuelto mucho más veloz para atacar, lo que ponía en aprietos al pelinegro.

Matsumoto ahora estaba pendiente de la batalla de su bajito capitán, eso la tenía preocupada pues sabía que Hisagi también se había vuelto muy fuerte.

—Taicho... —pensó con preocupación.

Sacudió su cabeza y decidió buscar un lugar donde no fuera blanco de nadie, ya que por alguna razón no podía salir de su gigai, de lo contrario estaría luchando junto a su capitán o junto a Gin.

─Tengo que ponerme a salvo para no darle problemas a ellos... ─pensaba mientras corría lejos del campo de batalla.

Sin embargo, varios de sus compañeros le siguieron para eliminarla, a pesar que Kyouraku les dijo se centraran en Ichimaru quien ya había acabado con casi todos los capitanes, excepto con Byakuya...

─Todos ustedes son una broma, esperaba más de ustedes... aunque si lo pienso mejor alguien tan cobarde para atacar inocentes no puede ser fuerte de verdad.

Byakuya frunció el ceño y dijo sin perder la calma:

─Por lo que dices me da la impresión no eres tan malo como el Comandante nos lo dijo. ¿Por qué decidiste luchar?

─ ¿No es obvio? El charlatán de abajo no va a descansar hasta eliminarme y ya estoy cansado de huir de ese anciano. He venido a buscar a mi amada Rao.

Byakuya al escuchar la palabra «amada» no pudo evitar recordar a su difunta esposa, asi que en silencio enfundó su espada, le dio la espalda a su enemigo y dijo:

─Yo también soy un traidor del sujeto que está allá abajo, realmente no tengo razones para luchar contra ti. Además estás usando el cuerpo de la persona más importante de la Teniente Matsumoto, si te daño será como haberla dañado a ella.

Kyouraku frunció el ceño, imaginando Byakuya haría algo así, pues él también se había declarado: traidor.

En tanto, Matsumoto que había decido huir para no exponerse y exponer a su capitán o a Gin, fue interceptada por casi todos los demás Tenientes.

─Lo siento, esto no es nada personal... ─decía Nanao.

─Son órdenes del Comandante ─dijo Kiyone.

─Si no obedecemos, nosotros seremos los castigados... ─decía Hinamori.

Matsumoto no dijo nada, sólo temió no poder hacer nada por su vida. Con cada paso que daba hacia atrás, ellas daban otro al frente.

─Eso se ve muy feo ─dijo Yumichika desde lo alto antes de caer en medio del conflicto─. Tres contra uno, y un soldado que ni siquiera lleva armas para defenderse...

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