Capítulo 5 - Celos y confesiones Indirectas.

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─Matsumoto... tú fuiste la razón del por qué Ichimaru pudo verte en su primer encuentro ─exclamó Toushirou entre sorprendido y serio─. Recuerda que hay humanos muy receptivos a los espíritus y sus energías, basta un contacto entre ambos para que el humano se convierta en un imán de monstruos...

Matsumoto se sintió estúpida, no pudiendo evitar decir:

─Todo es mi culpa... siempre...

Hitsugaya le miró con intriga, preguntando en seguida:

─ ¿De qué hablas? Matsumoto.

─Cuando vivía con Gin, yo me la pasaba muy mal por lo que me había sucedido y siempre lloraba, cada noche... ─empezó a llorar─ Por mi culpa, Gin tomó la decisión de convertirse en shinigami, por mi culpa él se fue de mi lado... por mi culpa Aizen lo asesinó, por mi culpa Gin...

─ ¡Basta Matsumoto! ─le sujetó de los hombros─. Eso ya quedó en el pasado, aunque es doloroso y difícil de superar, ya pasó y ya no se puede arreglar nada, mejor céntrate en el futuro que es lo único que puedes llegar a cambiar a tu conveniencia.

Ichimaru renació y debe haber alguna razón para ello, si él fue capaz de sentir tu sufrimiento en aquel encuentro que tuvieron, es porque sus almas deben estar conectadas, para siempre... ─suavizó el tono de voz como de su mirada, acomodándose nuevamente en el cojín donde estaba sentado─ Mañana estarás mejor y podrás ir a verlo ─se puso en pie─. Te dejo para que descanses.

Dicho eso salió de la habitación para ir a hablar con Urahara y explicarle con detalle todo lo que Matsumoto le contó.

Al día siguiente, Matsumoto no se encontraba al 100% de su energía, pero al menos ya podía caminar lo suficiente como para ir al encuentro de Gin. Su Capitán le hizo una única advertencia, y esa fue que tuviera mucho cuidado, además de que no fuera a hacer nada tonto...

A paso "lento" pero firme, se dirigía Matsumoto hacia el instituto donde estudiaba Gin. Su plan era esperarlo, hablar con él y pedirle le permitiera quedarse en su casa... Sin embargo, algo o alguien le atacó en medio de su camino; ella apenas pudo oír que la voz dijo algo extraño, no lo logró comprender, sólo supo que vio un fuerte resplandor blanco y que cuando abrió los ojos todo a su alrededor era enorme... Pero no era que todo hubiera agrandado, al contrario, fue ella quien se encogió, ya que la convirtieron en un gato... sí, Matsumoto fue transformada en un gato blanco con manchas amarillentas.

Ella estaba asustada de ver sus patas peludas, su cola... Y sus problemas apenas iniciaban pues detrás de ella escuchó unos gruñidos... se trataba de otro gato que no escatimó en atacarla salvajemente.

La mañana apenas iniciaba, así que los alumnos y demás ciudadanos se trasladaban a sus lugares de estudio o trabajo.

─Entonces, ¿vendrás a mi casa después de clases? Gin ─preguntaba una de sus compañeras, muy feliz y que estaba interesada en el ojiazul.

─Eh, ya veré. Prometí pasar a ayudarle a una señora a mover unas cajas de verduras, ella me da una mano cuando no tengo para comer ─respondió él.

─ ¿Y si acabas pronto? ─preguntó curiosa.

─Entonces iré ─aseguró con una sonrisa.

─ ¡Genial! ─celebró ella─ ¡¡Aah!! ─gritó cuando pasaron cerca de un callejón donde dos gatos "volaron" frente a ella; ellos estaban peleando, más bien uno de ellos estaba acabando con el otro.

Gin que no podía permitirse aquella injusticia, por lo que decidió intervenir, no importándole llevarse un par de arañazos en las manos al coger entre su chaqueta al gato amarillo con blanco, quien al no saber qué pasaba se resistió un poco, hasta que escuchó bien a Gin decirle muy preocupado:

─ ¡Quieto! ¡Quieto!

─Es gata ─dijo su compañera con intriga─. Eso fue arriesgado, pudieron darte en alguna vena y morir ─se molestó por la imprudencia del otro.

─Pero ha valido la pena ─cargó a la gata como si fuera un bebé─. Está muy lastimada... regresaré a casa.

─ ¡¿Qué?! ─se escandalizó la otra─ ¡¿Faltarás a clases por ese gato callejero?!

─Necesita ayuda ─insistió él─. Cuando estas cosas pasan en tu vida son porque son señales que debes hacer algo bueno con tu vida ─decía Gin, escuchándole humana y gata─. Y que un animal se cruce en tu vida es que debes ayudarle con su karma animal, lo que recibes de la vida es lo que cosechas.

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