Otra Oportunidad Para Verte

Capítulo 2 - Fallo y sorpresas.

Toushirou miraba seriamente a su Teniente, para él seguía siendo su Teniente aunque haya renunciado a su cargo. Él creía que debía tener un motivo fuerte para tomar dicha decisión.

─Seguro te preguntas por qué estoy aquí ─empezó a decir el bajito─. La razón es simple, yo también fui desertor en el pasado por un motivo, asi que dime, ¿cuál es tu motivo? Matsumoto.

─...Yo me enamoré de Gin ─respondió con seriedad mezclada con tristeza─, y para antes que los Quincy nos atacaran yo tuve, en aquel momento, mi última misión en el mundo de los vivos... Ahí vi a Gin. Él tenía quizás unos diez u once años de edad.

─ ¡¿Qué?! ─se escandalizó─ ¡Matsumoto!

─Él ya no es un niño, Taicho ─corrigió, «misteriosamente» seria.

Hitsugaya guardó un momento de silencio antes de poder comentar:

─La orden ya está dada, no será fácil proteger a Ichimaru, lo sabes bien... Es por eso que decidí abandonar también la Sociedad de Almas. Porque tú sola no podrás contra ningún Capitán.

Rangiku estaba muy consciente de aquello, pero estaba dispuesta a correr el riesgo, todo fuera por no perder a Gin de nuevo.

[En la Sociedad de Almas]

─La traidora Matsumoto Rangiku se fugó con éxito ─informaba SoiFong señalando a Zaraki─. ¡Gracias a ese tonto que no puede controlar sus impulsos!

─Yo iba a destruir a esa mujer hasta que Kuchiki se metió en mi camino ─se defendió Kenpachi con mucha seriedad.

─ ¿Por qué defendió a la desertora? Kuchiki Taicho.

─Como un antiguo opositor a su antiguo Comandante, debería saber la respuesta, Comandante Kyouraku ─respondió el Kuchiki.

─La hermana de Kuchiki Taicho tampoco está ─hizo notar Isane.

─Seguramente siguió los pasos de su hermano y se puso del lado de los desertores ─atacó Kensei de brazos cruzados.

Byakuya no dijo nada porque no tenía idea de dónde o qué estaba haciendo Rukia.

─La orden se mantiene, su misión no cambia ─sentenció el Comandante con seriedad.

Bajo aquella sentencia, todos se retiraron, no sorprendiéndoles que Byakuya no fuera castigado por haber defendido a Matsumoto.

─Kuchiki Taicho ─se apareció Renji al lado del noble─ ¿Qué pasó?

─Nada ha cambiado, todo sigue igual. Será cuestión de tiempo para que atrapen a los fugados y se libere una batalla, hasta cierto punto, innecesaria. ¿Y Rukia?

─Ella se ha quedado en el mundo de los vivos, probablemente en casa de los Kurosaki.

─Ya veo.

Ambos llegaron a la mansión Kuchiki donde la mano derecha del noble le recibió con una carta.

─Byakuya sama, esto llegó hace nada para usted.

El noble sin decir nada tomó la carta, la abrió y leyó... diciendo al final sólo un «ya veo». Se la dio a Renji, en lugar de dársela de vuelta al viejito que se la entregó.

Por otro lado, el pelirrojo que no podía ocultar su curiosidad la leyó con toda libertad, no pudiendo evitar ser escandaloso al enterarse de lo que iba escrito en aquel papel.

─ ¡¿QUÉEEEE?!

[En casa de los Kurosaki]

─Creo que deberías regresar a casa, Rukia. Tu hija te buscará ─le hizo notar Ichigo a la pensativa bajita.