Capítulo 8 - Comprometido.

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La cena no resultó en nada favorable para los ojiazules, aunque sí estuvieron conversando no tocaron ningún tema de interés realmente.

─Lo siento, Orihime, nunca pensé que Renji el idiota vendría... todo resultó en un caos al final ─se disculpó su esposo mientras le ayudaba a ella a lavar los platos, negando al instante su comprensiva esposa.

─Hiciste lo que pudiste, la intención basta para mí ─le dijo ella con una sonrisa.

Todos los invitados se habían marchado ya, Uryuu se fue luego de limpiar el mantel con la misma técnica que usó Gin, naturalmente, este último también se marchó. Quien no comprendió exactamente por qué le habían invitado.

─Mañana tienes que ir a la secundaria Tokyo Gakuen, trata de dormir temprano para que te levantes temprano, Matsumoto.

─Sí... Así lo haré ─dijo ella poniendo la alarma de su teléfono para despertar temprano.

Al día siguiente, Matsumoto se levantó muy temprano, se duchó, aunque la noche anterior se bañara quiso bañarse de nuevo, se vistió y se puso en marcha sin siquiera comer algo, estaba tan nerviosa y ansiosa que sentía no podría pasar un solo bocado.

Cuando llegó al lugar, la institución estaba bastante solitaria, aunque de a poco iban llegando los alumnos con sus uniformes negros y botones «dorados».

Ella se sorprendió porque vio sólo varones, enterándose hasta entonces que era una secundaria de sólo varones, lo cual le llevó a preguntarse:

─ ¿Cómo conoció Gin a Yoko...?

La respuesta la tendría mucho más pronto de lo que esperaba.

Finalmente, su salón empezó a llenarse, pero aún no había rastros de Gin y se preguntaba si acaso Gin no llegaría a clases... En tanto debía lidiar con los alumnos que querían propasarse con ella por lucir muy atractiva. También fue hasta entonces que notó que tenía un salón lleno de mocosos rebeldes.

─Y dígame profesora, ¿es usted soltera? ─llegó un alumno a interrogarle hasta el escritorio, con una sonrisa perversa y ojos lujuriosos que no dejaban de posarse a cada instante sobre sus pechos─ Aquí las profesoras se acuestan con los alumnos... ─le murmuró─ Le dejó la invitación hecha y abierta ─se pasó una mano por el copete de su cabeza.

─Pues te has equivocado de mujer porque no me gustan los mocosos y menos los que llevan malas calificaciones, además de peinarse de manera ridícula ─le mostró el papel con todos los nombres de los alumnos del salón junto a sus bajas notas. No pudiendo creer que Gin fuera uno más del montón.

El alumno no sólo se enojó, sino que se indignó pues era la primera vez que una maestra se negaba a su indecorosa invitación:

─Bien ─dijo él claramente molesto─. Cuando llegue el patético de la clase verá que soy mejor partido.

Escuchando tanto maestra como alumno la voz de Gin decir:

─Siento el retraso yo... ─decía mientras revisaba su bolso.

─Ahí está ─dijo burlón al igual que su sonrisa, el bully.

El alumno sin saberlo estaba en medio de la visión de Matsumoto y Gin, lo que no les permitió verse directamente en especial porque el bully se acercó al ojiazul para darle un par de empujones de forma agresiva, como para impresionar a Matsumoto de su fuerza física.
Gin por su parte, perdió el equilibrio ante aquellos ataques porque lo tomaron desprevenido.

─Es temprano y ya tengo deseos de apalearte, Ichimaru ─le dijo el alumno con una sonrisa.

─Me pregunto si podrás hacerlo, Shon ─retó Gin con una sonrisa y el ceño fruncido, no dejándose intimidar por el alto. Pues Gin aún no alcanzaba sus 1.85 metros, él medía casi lo que medía la Teniente del décimo escuadrón, mientras que su intimador medía casi los dos metros.

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