Cache moi

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Vio caer a uno de sus hombres a sus pies inconsciente en tan sólo cinco minutos luego de inhalar aquella sustancia. Sus ojos permanecían abiertos y su respiración apenas era perceptible. Simplemente perfecto.
Tardó dos días en recuperarse por completo. Le daba tiempo más que suficientemente para ir al otro lado de Midgar sin que estorbases.
Sólo necesitaría tapar sus fosas nasales para no ser afectado, y necesitaría acercarse lo suficiente a ti para que pudieras aspirar.

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Te habías negado a verlos. Las excusas volaban de tu boca cuando alguno de ellos si quiera hacía el intento de invitarte a alguna parte. Sabía que querían hablar de un delicado asunto del cual no querías pensarlo. Además, ¿qué razones habían para discutir esas cosas con ellos? ¡Se supone que todo lo suyo debía permanecer en secreto!
La tapa de tu lápiz ya estaba completamente desfigurada por tus dientes.

—No hagas eso— Ordenó el hombre en un murmullo.

Más allá de la apariencia y de los rumores, Rufus Shinra cumplía con su palabra. Era una de las únicas cosas que su padre le había enseñado cuando era pequeño: a jamás faltar a lo que dijera, por muy minúsculo que fuera.
Eso, y a que no importaba lo que hiciera, el siempre sería un cobarde.

Aquellas palabras estaban dando vueltas en su cabeza en ese momento, con altos ejecutivos de la compañía en presencia de él, tú, y el Presidente en su gran oficina, incluidos las cabezas de cada sector. Primero les dio la gran noticia aquellos hombres y mujeres, y cada uno los felicitó. Incluso se habló de boda por que un Shinra fuera del matrimonio no era considerado como tal.

Tú solo sonreías, y agradecías.

Cuando el presidente se les acercó, después de que todos los congratularan, sentiste a Rufus apretar tu mano. Todo aquello lo tenía igual de nervioso que a ti. Si su padre se llegase a enterar de la farsa de seguro lo desheredaría y se buscaría a uno de sus tantos hijos bastardos que él sospechaba que tenía.

Se le pasó un pensamiento por la cabeza: ¿Si su padre siempre elegía secretarias como su amante, porqué no te había puestos los ojos encima? Inteligente y demás, con todos tus encantos y virtudes...

Conociéndolo, había preparado esto desde que empezaste a trabajar para ellos. Como si una chica lo fuera a cambiar. Si supiera lo que planeaban, pensaría que eres de las peores influencias.

Cuando Hojo anunció que efectivamente estabas embarazada, diste un suspiro, como si te hubiera faltado el aire toda tu vida. Al menos podías mantener tu cabeza sobre tus hombros por un tiempo.

Hasta que se dieran cuenta que todo era una farsa.

Por supuesto, el hombre a la cabeza tenía que dar una gran fiesta para celebrar que su legado estaba totalmente asegurado.

—C-creo que una fiesta in-interrumpiría con las actividades de SOLDADO— Dijiste cuando se te concedió la palabra. En parte era verdad, los nuevos integrantes debían probar su valía, todo eso siendo supervisados por los 1ra Clase, pero en realidad sólo querías retrasar todo lo más que pudieras— No contaríamos con seguridad para el evento.

El Presidente se quedó en silencio por un momento. Disimuladamente Rufus sujetó tu cintura con su mano cuando su padre posó sus ojos en él.

—Pueden retirarse —Les dijo a todos, por supuesto que eso los eximía a ustedes— ¿Preferirías que quedara como secreto? —Preguntó.

—Si—No tardaste en responder— P-pero si gusta puede hacer público el compromiso—Por detrás de su espalda halaste el traje de Rufus para que reaccionara y siguiera el juego.

Ámame (Sephiroth/TsengxReader)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora