BAD GUY

THE TAXIST

—— Capítulo 4 ——

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ESA MAÑANA JONATHAN HABÍA llamado a Nix.

Su coche se había estropeado y le pidió si podía recoger a él y a Will.

Nix ya se encontraba delante de la casa de los Byers con la canción Back in Black de AC/DC sonando en la radio.

Jonathan y Will estaban esperandola apoyados en el viejo coche de Jonathan.
Ambos chicos no tardaron en subir al coche de la ojiverde.

– Hola chicos Byers. La tarifa del taxi son dos dólares cada cinco minutos.- bromeó Nix.

Will rió desde el asiento trasero.

– Esto es una estafa. Reclamó un cambio de taxista.- siguió bromeando el mayor.

Los tres rieron.
Will estaba contento de ver a su hermano tan interactivo con una chica de su edad.

Nix había empezado a conducir hacia la escuela.

– Siento haberte hecho venir. Mi madre ya se había ido al trabajo así que... Gracias por hacerlo.- agradeció Jonathan.

– No, no hay de que, tu te ofreciste ayer a llevarme a mi casa. Me alegro de no haber aceptado, si lo hubiera hecho tu te habrías enterado de que tu coche no funcionaba, por lo tanto tu hubieras avisado a tu madre de que os llevara antes de ir a trabajar, y yo no habría tenido el placer de ser vuestra taxista.- Nix rió divertida mientras se ponía las gafas de sol que acostumbraba a llevar.

– Me encanta la música que escuchas.- habló Will acercándo su cabeza a Nix.
– ¿Conoces The Clash?- preguntó.

– Por supuesto. Should I stay or should I go, now.- cantó afirmando que conocía al grupo.

– Esa es una de mis canciones favoritas de The Clash.- dijo el menor emocionado.

Jonathan sonrió antes de hablar.

– Es totalmente comprensible que tenga ese buen gusto por la música, yo le enseñé todo lo que sabe.- bromeó en tono presumido.

– Énorme menteur. Eso no es verdad, yo soy una apasionada de la música. Todo lo que tu sabes, te lo enseñe yo.- Nix remarcó el 'yo'.

Los dos hermanos rieron.

– Bueno, hasta aquí el trayecto, son cuatro dólares con sesenta.- Nix se giró hacia Will y Jonathan con la mano extendida.

Will abrió la puerta del coche y se fue rápidamente con una sonrisa divertida.

– ¡Oye tú! ¡Te vas sin pagarme!- la chica sacó la cabeza por la ventanilla.
Nix rió y salió del coche junto con Jonathan.
– Tu hermano podría ser un buen político, no me ha pagado.-

Jonathan rió cerrando la puerta del coche.
Pero su sonrisa se borró un poco al ver la nariz de Tommy y la mala mirada que le echaba a su amiga desde lejos.

– Oye, es mucha coincidencia que tu mano este herida y la nariz de Tommy también, ¿no lo creés?- el castaño se dirigió a Nix.

Nix bufó y dirigió su mirada a Tommy.
Al ver sus ojos amoratados y su nariz recubierta por una venda le fue imposible no sonreír victoriosamente.

– Sí, supongo que él debió caerse encima de mi puño.- subió los hombros inocentemente.

Jonathan negó con la cabeza.
Nix Dubois era un encanto hasta que conocías su veta cabreada.