BAD GUY

THE HUG

—— Capítulo 19 ——

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NIX MIRÓ LA BOCA DEL CHICO y su sonrisa traviesa se esfumó al darse cuenta de lo novedosamente apetitosos que le parecieron sus labios.

Alejó su cara de la de Billy, provocando que un pequeño vacío se instalara en el pecho del chico. El rubio había visto como Nix fruncía el ceño y su mirada se perdía en el salpicadero.

¿Porque le molestaba tanto que se alejara de él?

Billy también se aparto pero sin dejar de mirarla fijamente.
- No deberías haber aceptado la invitación de Susan.- soltó de sopetón.

La francesa se giró hacia él algo extrañada.
- ¿Qué?- tanteó, intentando saber más.

Billy sopló entre dientes con una sonrisa cínica.
- No sabes dónde te has metido.- murmuró burlón.

Y antes de que Nix pudiera preguntar el chico volvió a hablar.
- Le diré a Susan que no podrás venir.- habló el rubio mientras empezaba a sentirse ansioso.

- ¿Qué? ¿Porqué?- preguntó girando todo su cuerpo.

Billy río sin gracia, necesitaba un cigarrillo. Tan solo imaginar la situación se irritaba.

- Si te molestaba podrías...- fue interrumpida por la voz del chico.

- No me molestaría que fueras a mi casa, solo que preferiría que no fuera para cenar.- sonrió lascivamente, intentando dejar de lado su creciente ansiedad.

La de pelo cobrizo simplemente rodo los ojos.
Se fijó en la pierna inquieta de Billy ir de arriba a bajo y dedució que había algo más.

- Los golpes.- dijo casi susurrando. Un click sonó dentro de su cabeza. El comportamiento de Billy, su ira, los golpes que tenía en la cara, todo estaba relacionado.

Billy paró de golpe el movimiento frenético de su pierna y miró a Nix. Su ceño empezó a arrugarse al ver la cara expectante de ella.

- Te pegan.- afirmó.
- No puede ser Susan...- siguió indagando mientras veía como la vena de la frente de Billy empezaba a hincharse.
- Tu padre.- adivinó.
- Tu padre te pega.- cada palabra penetró en el grueso cráneo del chico y sin poder soportar la furia abrió la puerta del coche y salió de este cerrando la puerta fuertemente.

Nadie había dicho jamás esas palabras en voz alta. Nadie más que Susan y Max sabían lo que le hacía Neil a su hijo.
La frustración de Billy hizo que encendiera otro cigarro y que aspirara su humo con necesidad.

Fue cuando Nix salió del coche cuando el californiano sintió cada vez más el fuego correr por sus venas.

- ¿Desde cuando?- preguntó suavemente la chica acercandose.

- ¿¡A ti que coño te importa!?- vociferó el rubio.
Sus ojos se habían convertido en un mar tempestuoso, sus músculos estaban en tensión.

Sin embargo, Nix no tuvo miedo de acercarse un poco más.
- Billy...- la chica no pudo acabar la frase cuando el rubio dió dos zancadas hacia ella amenazadoramente.

- Dejalo.- fue lo único que dijo. Su voz salió grave, casi como un gruñido.
La postura del chico era intimidante, casi parecía que se tiraría encima de Nix como una fiera salvaje.
Pero Billy no lo haría, jamás podría tocar un solo pelo a la francesa.
Soltó un gruñido al ver que los ojos profundos de Nix lo atravesaban, como si ahora pudiera ver cada parte de él. Eso no le gustó en absoluto.

El rubio tiró la colilla al suelo y pasó por el lado de la chica, con la intención de volver al coche y largarse. Pero no espero sentir unos brazos envolverse delicadamente en su cintura.

Nix sintió como el cuerpo del rubio, debido a la ira, desprendía un calor sofocante. Aun que no sabía que la había impulsado a abrazar a Billy, se dejó llevar, y apoyó su frente en la fuerte espalda del chico.

Al joven se le cortó la respiración por un segundo. Se quedó inmóvil unos instantes, intentando assimilar lo que estaba sucediendo.

El cuerpo de Billy se giró y la chica creyó que se alejaría. Sin embargo, él rodeó los hombros de Nix muy lentamente, casi como si no supiera como hacerlo.

Se sintió tan bien al hundir su nariz en el pelo de la francesa que su temperatura empezó a descender.

- ¿Desde cuando?- volvió a preguntar Nix, susurrándo.

El rubio apretó la mandíbula y respondió.
- Desde que mi...- las palabras se quedaron atascadas en su garganta.

Desde que mi madre se fue, esa era la frase completa, pero en el momento en que su madre volvió a su mente deshizo rápidamente el abrazo.

Las manos de Billy se quedaron clavadas en los hombros de Nix, sin querer alejarse del todo de su tacto. No obstante, quería soltarla, alejarse, no quería sentir esa dependencia por ella. No podía permitirselo, nunca más lo haría...

Nix puso una mano en la mejilla del chico. Teniendo sentimientos encontrados al ver sus ojos.
Sabiendo él porque de su pesima actitud, sintió un poco más de comprensión por el muchacho y un poco menos de adversidad por él.

- Esta bien. No es necesario que lo digas.- dijo ella.

Fue entonces cuando las palabras de Billy se escaparon de su boca.
- Mi madre. Cuando se fue mi madre.-

Los ojos de Nix brillaron con tristeza al procesar la nueva información. A Billy le sorprendió no ver pena en ellos, tan solo tristeza.
Lentamente fue acercandose por segunda vez al cuerpo del californiano y lo envolvió entre sus delgados brazos.

La francesa no dijo nada. Ni 'lo siento', ni 'todo ira bien', nada. Sabía por experiencia propia que en ese momento nada de lo que dijera sería consuelo suficiente.
Nada.

El chico volvió a aferrarse a Nix, esa vez con más fuerza.
Nunca le había contando a nadie sobre su madre, ni de su padre, nunca había dicho nada...
Y toda esa ira, esa tristeza, ese dolor, se enquistaron en su interior durante años haciendo que Billy se transformara en lo que era ahora.

El chico, sintiendo la respiración de Nix y aspirando su dulce aroma habló sin pensar.

- Abrazame hasta que huela como tu.- murmuró débilmente, pero en un tono lo suficientemente alto como para que la de pelo cobrizo lo escuchara perfectamente.

Casi creyó estar soñando al escuchar esas palabras.
Tal vez y solo tal vez, fue en ese momento en el que los sentimientos de Nix cambiaron.
Y tal vez, en ese momento, Billy estableció el primer vínculo emocional en muchos años.

Pero lo que si es seguro es que los corazones de ambos parecieron sincronizarse en ese abrazo.

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Gracias por leer
Atte: Saturn moon