KISS ME

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NOTA: SE VIENEN COSITAS...

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—— Capítulo 26 ——

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UNA VEZ FUERA, Billy, en lugar de dirigirse al coche, andó apresuradamente lejos de la casa.
Y Nix, al darse cuenta de que el rubio huía, lo persiguió. Tuvo que trotar un poco para poder alcanzarlo.

– Billy.- lo llamó mientras daba pasos rápidos.

Pero el californiano estaba demasiado ofuscado como para ecucharla.
Nix lo alcanzó, y al hacerlo lo agarró por el brazo para que se detuviera.

Billy reaccionó instantáneamente, girandose de forma amenazadora.
Parecía incluso más grande, su sombra se cernía sobre Nix, como una bestia.
La miró a los ojos, encolerizado, enloquecido...

Ahora estaban rodeados de arboles, se habían adentrado en el pequeño bosque que había detras de las casas.

Nix mantuvo su agarré y le devolvió la mirada.

– Billy.-

La respiración de él chocaba violentamente contra su cara. El chico se acercó un poco más a ella, casi cubriéndola con su masa.
Necesitaba soltar presión, quería golpear algo hasta que sus nudillos sangraran, quería fumar.
Sus puños estaban apretados, Nix lo notó, pero no se asustó.

– Deja de decir mi nombre.- su voz salio ronca.
Él quería romper algo e inconscientemente, no quiso asociar la voz de la chica con esa emoción tan repulsiva.

Ella deslizó su mano hacía su puño derecho y llevó su otra mano libre hacia la mejilla de él. Billy se tensó. JAMÁS nadie debía interponerse con el puño de Billy.

– Deberías irte. Alejate.- masculló.

Nix negó.

Soltó un gruñido. Era un mal momento para llevarle la contraría.
– Vete a casa.- rugió agarrando la muñeca de Nix para apartar su mano de su mejilla.

– No me iré.- habló seria.

Billy explotó, la agarró por los hombros y la hizo retroceder hasta chocar contra un arbol. Un pequeño jadeo se escapó por lo labios de la francesa y provocó que Billy mirara su boca.

– Entonces sufrirás.- dijo con voz aspera.

Sus dedos se le clavaban en los hombros, el espació entre ellos era casi nulo.
Nix sintió su estomago estremecerse al sentir su pecho chocar contra el suyo, y su mirada fue a sus labios rojizos.

– Bésame.- ordenó ella.

Eso paralizó al rubio.
Su ceño se frunció y su agarre se incrementó.

Billy escrutó su mirada. El bosque de dentro de ojos de Nix le hizo perder la poca cordura que le quedaba.
Y apenas le dió tiempo a pensar qué estaba haciendo cuando sus labios ya se encontraban sobre los de Nix.

Nix ahogó un suspiro y cerró los ojos. Sintió los labios de Billy moverse furiosos y lo imitó, lo beso con necesidad.
Se sorprendió al notar sus labios suaves. Le parecio besar a un ángel.

A un ángel jodidamente corrupto.

El agarre duro en los hombros de la chica fue perdiendo fuerza a medida que se besaban. Sus manos se deslizaron lentamente por sus brazos, provocandole escalofríos a Nix.

El californiano sintió como la fuerza se iba por sus labios de una forma deliciosa.

Cuando se separaron sus respiraciones se mezclaron.

– Mi madre se suicidó cuando yo tenía apenas once años.- tardó un poco en seguir hablando.
– Desde ese momento no he vuelto a ser la misma.- dijo sinceramente.

El rubio tensó su mandíbula, sintió su garganta bloquearse, pero unas palabras lograron salir por su boca.

– Yo... Ella me dejó. Se fue y no volvió. No pudo soportar a mi padre.- sus ojos estaban inyectados en sangre por la rabia y... la tristeza.

Recordar a su madre lo destruía, y hablar de ella lo hacia débil.

Nix lo miraba intensamente y Billy, en ese momento, sintió su alma desnuda. Otra vez.

– Lo que ha dicho tu padre.- hizo una pequeña pausa mientras una de sus manos, dudosa, volvía a colocarse en su mejilla.
– No fue tu culpa. Tu sí mereces ser querido.- se inclinó sutilmente hacia sus labios y entrecerró los ojos.

La piel del californiano se erizó y otra gota de tristeza lo inundo.
Él había escuchado demasidas veces que no merecía ser amado, tantas veces, que al final lo había creído.
La tristeza volvió a transformarse en lo unico que sabía. Ira.

¡Si no podía golpear nada al menos necesitaba un cigarrillo! Necesitaba soltar presión.

Pero Billy sintió de nuevo el roce suave de los labios de la chica y su ira se disipó de nuevo. Los labios de la francesa eran como maldita nicotina.
– ¿Que coño estás haciendo conmigo?- murmuró con voz aspera.
¿Qué le estaba pasando? ¿Porque quería besarla, tocarla y abrazarla?
¡¿Porque mierdas le molestó tanto escuchar como su padre pronunciaba su nombre como si tuviera el derecho de hacerlo?!

Nix juntó sus labios nuevamente, y esa vez, el beso, aún y ser necesitado, fue más suave.

El chico sintió que sus brazos se fundían, que su lengua se deshacia y que el suelo se movía. Nunca lo habían besado así. O al menos nunca se había sentido así.

Por otro lado, Nix creyó que sus piernas le fallarían.
Los labios del rubio eran suaves y cálidos, nunca penso que sus labios podrían tener un sabor tan magnífico.
Llevó las manos a su nuca y coló los dedos entre su pelo, estirando levemente las hebras rubias.

Billy gruñó de nuevo. Apretó el cuerpo de Nix contra el arbol y dejó que su animal interior provara lo que se sentiría al dominarla sexualmente. Sintió un cosquilleo en el abdomen cusndo una imagen poco decente le voló por la mente.

Cuando se distanciaron, el chico tenía la cintura de Nix totalmente imobilizada con sus manos.

– Vamos, te llevare a casa.- dijo Billy.

Su tono, seguía siendo tosco, él seguía irritado. Y aunque su furia había disminuido su deseo sexual por Nix había aumentado.
O eso era lo que el creía.

Billy atribuyó esa sensación en el abdomen como algo sexual, material, físico...
No podía estar mas equivocado.


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DIOS, ¡como deseaba escribir EL BESO!

Billy cree que solo necesita el cuerpo de Nix.
Pobre diablo...
😈

Gracias por leer
Atte: Saturn moon

BAD GUY Donde viven las historias. Descúbrelo ahora