CHUCKLES

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—— Capítulo 23 ——

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Mon dieu - Dios mío
Mon cheri - Cariño mío

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ERA EL DÍA.

Las clases estaban terminando y Nix se en ese momento estaba acompañando a su amigo de pelo voluminoso hacia el entreno de baloncesto. Steve miraba a la francesa de vez en cuando, los dos andaban en silenció, a Nix no le resulto incomodo pero el chico no parecía opinar lo mismo.

– Y...- habló Steve provocando que Nix lo mirara con curiosidad.

– ¿Y...?- repitió la muchacha.
Sus gafas de sol descansaban sobre su cabeza por lo que sus ojos hipnóticos estaban a la vista.

Steve la miró a los iris y no supo que decir. Tan solo se encogió de hombros. Nix al verlo soltó una suave carcajada, una carcajada que estaba cargada de esa elegancia que la caracterizaba.

– Realmente te comportas raro.- rio divertida por la actitud extraña de su compañero.
– Por cierto, he visto que te juntas con ese niño de segundo. ¿Dámian?- el nombre salió de su boca con un acento demasiado pronunciado y sus labios se curvaron ligeramente al no recordar bien el nombre de ese niño de pelo rizado.

Steve sonrió ligeramente, contagiado por la carcajada musical de ella.
– Hablas de Henderson. Dustin Henderson.- aclaró, diciendo su nombre despacio, como si quisiera enseñarle a hablar.

La de pelo cobrizo agitó la mano despreocupada.
– Ese sí.- afirmó.
– ¿Empiezas a llevarte mejor con niños que con gente de tu edad?- bromeó.

Acababan de entrar al gimnasio y Steve solo se limitó a seguir sonriendo. Viró los ojos y volvió a mirar a la chica.
– Será mejor que no saques ese tema.- finalizó intentando parecer irritado.

Nix soltó otra ligera carcajada que llamó toda la atención del Californiano que se encontraba saliendo de los vestuarios.

Billy llevaba una camiseta sin mangas que apenas cubría su pecho. Y sintió como sus músculos se tensaban al verla reír junto a Harington.

– ¿Tan mal lo llevas?- siguió molestándolo en tono burlón.

Steve, por lo contrario reprimía una sonrisa y hizo una mueca que simulaba molestia.

– Voy a cambirme, por favor, resistete a seguirme. No quisieras que vieran la obsesion que tienes por mi.- dijo Steve jocosamente.

– Ja, ja.- la francesa se cruzó de brazos y lo miró con una sonrisa irónica.

El castaño se alejó de ella con una pequeña sonrisa en los labios y pasó a Billy de largo optando por ignorarlo.

La mirada de Nix siguió en él hasta que topo con los ojos azules y áridos del rubio.

Dejó que sus brazos volvieran a colgar a ambos lados de su cuerpo y le dirigió un saludo con su cabeza.

Billy sintió su sangre algo espesa. La miró fijamente, analizando su cambio de humor y postura al dirigirse a él.
Y cuando Nix iba a darse la vuelta para salir del gimnasio la voz aspera pero juguetona de él retumbó por las paredes como el sonido de una pelota botar.

– Nos vemos esta noche preciosa.- dijo con el tono suficientemente alto como para todo el que estuviera allí lo escuchara.

Aunque sus palabras parecían ser juguetonas su intención se notaba cínica.

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