CALIFORNIAN ASS

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—— Capítulo 21 ——

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CUANDO LOS DOS entraron en la tienda de ropa y perdieron de vista a los mirones Bastian empezó a hablar.
- ¿Has estado bien estos meses con Anne?- preguntó mientras andaban hacia la sección de pantalones.

La de pelo cobrizo tan solo asintió. Había empezado a llevarse mejor con Anne, pero muy en su interior se negaba rotundamente ante la idea de que ella fuera a substituir a su madre...
Eso hacia que quisiera mantenerse alejada de Anne todo lo possible. Temía ser débil y acabar adoptandola como su figura maternal.

El hombre imitó a su hija y asintió.
- Bien, eso esta bien...- murmuró sin saber que más decir.

- Ha sido... Curiosamente agradable. Hemos hablado más.- habló con una casi imperceptible sonrisa ladeada.

Eso tranquilizó al mayor. Sabía que al salir de París ambas féminas no eran precisamente huña y carne, por lo que escuchar esas palabras por parte de su hija provocó una felicidad inusual dentro del corazón de Bastian.

- Me alegro. Anne parecía animada esta mañana, imagine que algo había cambiado.- se sinceró el Dubois.

Nix volvió a asentir mientras toqueteaba unos pantalones vaqueros de hombre. Miró las proporciones de la tela y no pudo evitar poner el trasero de Billy dentro de los pantalones.
Un leve sonrojo le invadió las mejillas ante la imagen. Parecía que los glúteos del californiano se habían quedado grabados en su cerebro desdé el día anterior.

La joven tragó en seco y dejó los pantalones donde estaban anteriormente.
La sonrisa burlona de Billy le inundo la cabeza, como si de un 'te lo advertí' se tratara. Incluso le pareció escuchar una de las roncas carcajadas que daba el chico.

"Oh sí, tú y tu culo californiano son como imanes para nosotras."

Esas fueron las palabras de Nix el día que "coincidieron" en la heladería.

Mierda, pensó Nix. Su maldito culo californiano si parecía ser un imán.

- ¿Nix? Nix.- los reclamos de su padre la sacaron de ese trance, un trance al que no recordaba haber entrado.

- Oui?- preguntó la muchacha rápidamente.

- Qué si te gustan estas camisas.- repitió su padre enseñandole las tres camisas de distintos colores, colores suaves.

- Sí, son bonitas.- afirmó.

Bastian pareció contentarse con su respuesta, por lo que decidió cogerlas.

- ¿Podrías elegir para mi algunos de los pantalones que estabas mirando antes? Yo ire a mirar por allí.- señaló con su cabeza el apartado de ropa interior.

Nix asintió por tercera vez y suspiró empezando a mirar los algunos de los pantalones que había.

- ¿Ese hombre no es muy mayor para ti, preciosa?-

No podía ser cierto.
La chica se giró hacia la voz.
Era real, esa vez no lo había imaginado, Billy andaba hacia ella.

- Definitivamente, debería poner una orden de alejamiento contra tí.- le respondió la francesa girandose de nuevo hacia los pantalones, ignorando totalmente el hecho de haber estado pensando en el cuerpo de Billy unos minutos antes.

El rubio carcajeó. Carcajeó de forma eterea, eso sorprendió a la chica. Esa risa liviana no iba con su personalidad.

Se comportaba como si la noche anterior no hubiera pasado nada importante entre ellos. Al menos eso intentaba.

BAD GUY Donde viven las historias. Descúbrelo ahora