SUPERMARKET

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—— Capítulo 9 ——

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AL DÍA SIGUIENTE, NIX BAJÓ LAS ESCALERAS PARA DIRIGIRSE A LA COCINA. No se había quitado el maquillaje de la noche anterior, por lo que, aunque no llevaba mucho, eran notables, las ahora más pronunciadas ojeras debido a la mascara de pestañas corrida.

Pasó sus manos por su pelo intentando desenredar un poco su cabellera cobriza.

- Veo que lo pasaste bien anoche.- habló una voz divertida y femenina.

- Solo olvidé quitarme el maquillaje antes de irme a la cama.- replicó sirviéndose una taza de leche fria.

- Beber no es bueno para el cutis. Provoca arrugas.-

Nix ignoró el anterior comentario y le dió un sorbo a la leche.

- No volviste con ese amigo tuyo.- volvió a hablar la mujer, ingiriendo su desayuno diario de frutas variadas.

- Ya, mi amigo me dejo tirada, otro chico se ofreció a llevarme.- explicó.

- Otro chico eh... ¿Ese otro chico, es serio?- inquirió con una pequeña sonrisa traviesa.

A Anne siempre le había gustado hablar de esos temas y esa no fue la excepción. Además, no iba a desperdiciar el momento de hablar con su hijastra. A pesar de su distante relación, ella realmente intentaba llevarse mejor con la joven.

Nix suspiró bajando la taza y mirando a la rubia.
- Él es un idiota. Simplemente idiota.- soltó.

Un idiota que al contrario que tu amigo no te ha dejado tirada.
Gruñó al recordar eso.

La de pelo cobrizo no pudo evitar pensar en la sonrisa petulante del rubio.
¡Agh, es tan...! ¡Tan... Tan jodidamente engreído!
Pensó Nix.

Después de esa conversación entre las dos. Nix debía ir al supermercado, el día siguiente era domingo así que debía hacer las compras de la semana ese mismo día. Ella no tenía planeado ir, pero Anne se lo pidió y Nix decidió no negarse.

En esos momentos, Nix se encontraba en el supermercado del centro, donde trabajaba Joyce.
La joven, recorría los pasillos mirando la lista que tenía en su mano. Ya lo tenía todo.

En una de las veces que levantó la mirada vió a una mujer pelirroja no muy lejos de ella, con un bote de salsa en la mano.

No pudo evitar quedarse mirando a esa mujer, algo en ella le parecía familiar.
La pelirroja pareció notar que era observada y chocó con la mirada de Nix.
No dudo en sonreír.

Nix algo sorprendida le sonrió de vuelta algo apenada.
- Disculpe, su cara me resulta familiar.- se disculpó.

- Oh, no pasa nada. Tal vez nos hayamos visto en otro momento.- sonrió.

Nix asintió aun con una leve sonrisa plasmada en sus labios.

La pelirroja seguía mirandola.
- Debes ir al instituto. Tal vez conozcas a mis hijos.-

La joven se sorprendió y lo vió inmediatamente. Era la madre de Max. Eran muy parecidas, tenian la misma sonrisa.
- ¡Sí! Max. La niña del monopatín.-

Nix sonrió enseñando sus dientes y apartó las gafas de sol de sus ojos.

La mujer río y asintió.
- Así es, mi Maxine. Y tu debes tener la misma edad que Billy.- afirmó.

Nix se sorprendió de que la agradable mujer incluyera a Billy en el nombre de hijo. Por un momento sintió ternura al imaginar al chico siendo el hijo de esa cariñosa mujer.

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