BAD GUY

'MOI LOLITA'

——— Capítulo 13 ———

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NIX MEJORÓ SU COMPOSTURA Y SONRIÓ.
- Will, ¿Qué tal mocoso? Si buscas a tu hermano, hace unos días que no nos vemos.- habló la chica.

El menor negó con la cabeza y volvió a hablar.
- No, ya lo se. Yo solo quería decirte que Jonathan está muy arrepentido, él no lo aceptaría en voz alta, pero significas mucho para él. Esta un poco triste.-

La cara de Will era la de un chico apenado y algo avergonzado. Se sentia aún más pequeño en comparación con la chica.

Nix frunció los labios.
- Si ha sido él quien te ha enviado quiero que sepa que...- fue interrumpida por las rápidas palabras del chico.

- No, no, no. Él no sabe que estoy hablando contigo. Solo queria que supieras que le importas y que sea lo que sea que haya hecho está arrepentido.- terminó su pequeño discurso.

La chica suspiró profundamente, no podia con esas palabras, echaba de menos a su amigo pero no podia evitar sentir enfado.

- Gracias Will, pero necesito unos días. Jonathan me dejó tirada y aún necesito algo de tiempo para dejar de estar enfadada.- su voz era neutral, no queria ser grosera con Will, adoraba a ese muchacho, y apreciaba que intentara persuadirla para disculpar a su hermano.

Nix sabía que terminaria por perdonar a Jonathan, lo sabía, pero eso no excluía el hecho de que tuvieran que pasar al menos unos días más antes de perdonarlo, quería que él sufriera un poco.

- Hablaré con él, tranquilo. Todo volverá a la normalidad, pero necesito que sufra un poco más.- intentó sonreir para que el chico se tranquilizara.

Y pareció funcionar lo suficiente, ya que Will le correspondió la sonrisa y se fue por donde había llegado.

Vió como se subía al coche de su hermano mayor y ni siquiera quiso mirar al interior del vehículo, se puso sus típicas gafas de sol y entró a su respectivo vehículo.

Giró la llave encenciendo el motor y desgraciadamente vió el pelo rubio del californiano de reojo.
No pudo evitar girar la mirada y ver como estaba comiendose con la mirada a una chica castaña de ojos claros que le sonreía con picardía.

Eso la asqueo y por impulso piso el acelerador bruscamente, saliendo del parquing con agresividad.

¿Cómo podía ser tan mujeriego? Esa era la pregunta que volaba irritablemente por la cabeza de Nix. No entendía como alguien podía dejarse llevar tanto por los instintos más básicos del ser humano.

Lo que Nix no sabía, es que Billy estaba casi desesperado por sacarse una imagen de la cabeza, la imagen que lo volvía loco.

Esos sueños lo atormentaban. Y esque sí, era en plural, no había tenido solo un sueño. Casi cada noche soñaba con la maldita francesa. Y eso lo mosqueaba cada vez más.

[...]

Habían pasado algunos días
La joven se dirigia a la cafetería del pueblo, que hacia pocos dias que habia descubierto. Le encantaban los desayunos que servían y ni hablar del té que preparaban.

Nix escuchaba música en la radio de su preciado Lancia Thema. No escuchaba cualquier canción, escuchaba una de sus canciones favoritas, Moi Lolita.

Al primer segundo en el que empezó a sonar subió el volumen de su radio casi al máximo y empezó a cantar a todo pulmón.

La canción terminó casi al mismo tiempo al que llegaba al estacionamiento de la cafetería.
La chica salió del coche y entró a la cafetería tarareando aun la canción.
- Moi lolita... c'est pas ma faute...- canturreaba ya sentada mientras miraba la carta del desayuno.

Antes de poder terminar su decisión de que debía pedir, sintió una figura sentarse en frente suyo.
Nix bajó la carta para poder identificar al nuevo sujeto y al hacerlo se arrepintió.

- También sabes cantar. Sin embargo, crei que después de vivir en america durante tu infancia te gustaría más nuestra música.- dijo con su tono burlón habitual.

- Vaya, parece que has estado espiandome.- respondió Nix refiriendose a lo que había dicho de su niñez.

Billy reposó su espalda en el respaldo de su asiento y dejó escapar una sonrisa ladina.

- ¿Ya saben lo que van a tomar?- una tercera voz interrumpió su contacto visual.

Nix miró hacia la camarera que traía puesto un delantal rojo y habló.
- Me gustaria un gofre con chocolate y un... Té de menta porfavor.-

La mujer lo apuntó en el pequeño bloc de notas y luego miró al rubio.

- Yo quiero un café solo.- dijo guiñandole el ojo a la anteriormente nombrada.

Esta al recibir el gesto se ruborizo y se fue para llevar la comanda a la cocina.

Nix marcó una mueca de asco ante eso.
- Por Dios, eso es asqueroso, podria ser tu madre.- reprochó.

Billy obto por sonreír descaradamente y volver a mirar a la de pelo cobrizo.
- O tal vez no te gusta que le de atención a otras.- se inclinó hacia la muchacha.

Ella rodo los ojos y respondió.
- Ya te gustaría.-

Justo unos minutos después la camarera volvió a la mesa con la taza de té y una jarra de café con la que sirvió el pedido de Billy.

- ¿Acaso tienes todos vicios possibles? Tabaco, café, sexo... ¿Me dejo alguno?- habló Nix después de que la camarera se retirara.

- Los mejores. No sabes lo bien que sienta tomarse un café por la mañana, tener sexo con una chica guapa y luego fumarte un cigarrillo. Justo en ese orden.- respondió con voz ronca.

Eso hizo que un escalofrío recorriera el cuerpo de Nix. Su cabeza voló, se imaginó al rubio furmarse un cigarrillo lentamente y con el pelo revuelto.

Parpadeó varias veces antes de volver a la realidad.
Dirigió su mirada al té que tenia frente a ella y acercó su mano hacia la taza.
- ¿Y con que tipo de chica harias eso? ¿No te han dicho nunca que la compañia también da la felicidad? No se como podrás encontrar la felicidad al tener a una chica distinta cada día bajo tus sabanas.- habló antes de dar el primer sorbo a su té.

- Tal vez eso sea la felicidad para mi. No tienes que darme lecciones de nada, preciosa.- respondió imitando su acción y dando un gran sobro a su cafe negro.

Nix arrugó la nariz.
- ¿Encuentras la felicidad estando solo? ¿Tu le llamas felicidad al echo de no poder abrazar a una sola chica, a la chica que te guste? ¿A no poder hacer el amor con ella y a no acostumbrarte a su olor?- lo miró a los ojos casi con incredulidad.

Billy por unos segundos se dejó llevar por su voz y por el dulce discurso que lo hizo soñar. Pero inmediatamente volvió de ese fugaz sueño y sonrio con petulancia.
- No te tenia por una romantica.- habló con burla.

La de pelo cobrizo resopló.
- Yo, sin embargo, si te tenía por un capullo.-

Frente a ellos apareció el plato que Nix había pedido.

La chica miró el plato y hizo una mueca de asco.
- Creo que se me ha quitado el hambre...- estaba asqueada por el echo de tener que compartir mesa con ese rubio engreído y estubo a punto de irse de no ser porque un agarre en su muñeca la frenó.

Dirigió su mirada hacia el responsable.
Quedó sorprendida al no ver una sonrisa burlona ni un ceño fruncido.

- No. Quedate.-

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Gracias por leer
Atte: Saturn moon