Capítulo 26

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Han pasado varias semanas, y las cosas con Adriel están mejores que nunca, es como si estuviera viviendo una vida perfecta, solo por estar con él.

Nunca me había enamorado, nunca había sentido lo que siento ahora, nunca había amado a alguien que no fuera en plan amigo. Mi corazón le pertenece y a veces me aterra la idea de que esto algún día pueda terminar.

Me aterra no volver a enamorarme, me aterra dejar de creer en el amor, me aterra perderlo, sé que no debo de comportarme de manera posesiva con él y que él es quien maneja su vida. Solo espero que no me lastime, y si un día esto tiene que terminar, será de la mejor manera.

Bajo rápido las escaleras, ya que es lunes y como de costumbre Lucas viene a buscarme para ir a los ensayos con Adriel.

A mitad de la escalera, escucho que tocan una bocina, es obvio que han venido por mí, así que prácticamente vuelo por las escaleras.

Mamá no está, se fue muy temprano al trabajo, y papá está de viaje como siempre.

Salgo y corro hasta la camioneta negra, subo en la parte de atrás.

— Hola Lucas— digo con una sonrisa al subir— Hola Srta. Rachell— después del saludo comenzamos a dirigirnos a la casa de mi novio.

Aún no puedo creer que le pueda decir novio, al chico que yo consideraba totalmente imposible, es decir nunca pensé que se fijaría en mí.

Y lo logré, hice que se enamorara de mí, solo con mirarme.

Ahora quién va ganando, pregunto a mi yo interna, y sonrío de victoria.

Lucas se estaciona y yo bajo, y me adelanto a tocar el timbre, Adriel sale y me da un beso rápido, y me jala para que entre. Adentro Sbot se abalanza sobre mí y comienza a lamerme.

—Hola precioso—digo mientras le acaricio la cabeza.

— Hoy ha venido el profesor, a evaluar nuestra obra— suelta Adriel de repente y los nervios se apoderan de mí — ¿Qué por qué no me dijiste nada? —digo desviando mi atención de Sbot para centrarme en Adriel.

— ¡Porque yo tampoco sabía nada!— defiende, como si fuera obvio— Pero tranquila, sé que aprobará la obra, está jodidamente perfecta.

Trata de calmarme y lo logra, porque tiene razón hemos estado ensayando a mil, ni siquiera nos hemos entretenido teniendo sexo, cosa que aumentado el deseo, pero decidimos centrarnos, porque debemos ganar, necesitamos ganar, esa sería la puerta para cumplir nuestros sueños.

Le sonrío y lo beso— Vamos a mostrarle, cuál es la obra ganadora— digo separándome a penas de él, Adriel vuelve a sonreír— Por eso me enamore de ti— y antes de que pueda moverme me jala, hasta la puerta del salón.

Parados frente a la puerta ambos nos dirigimos la mirada rápida, Inhalamos y exhalamos y abrimos la puerta, el profesor está sentado en el mueble, y sonríe al vernos entrar.

— Hola Rachell, ¿cómo has estado?— dice mientras nosotros caminamos  hacia el piano.

— Bien— me limito a contestar— Bueno ya que no han ido a la escuela para yo poder escuchar su obra, y el verano está a punto de terminar, lo que significa que la escuela va a cerrar hasta noviembre, y con noviembre me refiero a solo el día de la competencia, vine para ver cómo han avanzado.

Tiene razón, no hemos ido a la escuela, pero si más no recuerdo él había dicho, que las accesorias eran si nosotros creíamos que la necesitábamos.

Nunca entenderé a los profesores.

— Y sí, sé qué dije que las accesorias eran opcionales, pero el director del plantel necesita estar informado de las obras de cada estudiante— Adriel y yo nos sentamos en el banco frente al piano, y el profesor espera atento.

Tecla a Tecla (Libro I)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora