Capítulo 31

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Rachell Bail.

Entre la muerte y la vida, escogería morir...

No temo ir al infierno, pues el verdadero infierno es donde están tus demonios... Y los míos están en mi mente.

Drenar es una opción.

Pero no puedo.

Solo hay una persona que me puede ayudar con eso...

Pero ya no, yo prometí no volverlo hacer.

Pero me siento muy cargada...

Salgo de mi cuarto con mi maleta, ya que Adriel me espera abajo para irnos según Caro, para la mejor semana de todas.

Para mí será una pesadilla de semana...

Aarón y Adriel.

Agua y aceite, tan diferentes que no se pueden mezclar...

— Ahí está la mujer que me vuelve loco— dice Adriel al verme salir de mi casa.

— Obviamente, te vuelvo loco de amor— digo sonriendo mientras que él baja de su auto.

— ¿Estás lista?

— Yo nací lista.

Adriel sube mi maleta al maletero y emprendemos rumbo a la casa de Caro para irnos todos juntos.

Al llegar al hogar de Carolina, ya todos están allí, Logan, María y Melissa, Caro y Aarón... ¿Y Taylor?

Ahora sí que mi funeral se celebrará el día de hoy.

— ¿Qué hace ese Idiota aquí?— dice Adriel al ver a Taylor...

— Hay algo que no te he dicho...— él me mira desconcertado.

— Yo hablé con él y... Lo perdone... Lo siento— puedo ver como él tensa sus manos y frunce su ceño de manera excesiva.

— ¿¡QUE HICISTE QUÉ!?— grita mientras estampa ambas manos sobre el volante del auto, haciéndome sobresaltar.

— A-adriel...

— ¡ESE TIPO QUERÍA ABUSAR DE TÍ, Y TÚ VIENES Y LO PERDONAS CÓMO SI NADA!— él me mira con desagrado, mientras que mis ojos se comienzan a cristalizar.

— NO ADRIEL... AMBOS ESTÁBAMOS EBRIOS Y NO SABÍAMOS LO QUE HACÍAMOS...— él suelta unas carcajadas sarcásticas.

— ¿te estás oyendo Rachell? ¡Él estaba totalmente sobrio joder!

Y es allí donde me doy de cuenta...

Taylor no estaba ebrio... Por eso estaba tan arrepentido...

¿Pero por qué?

Aarón, Taylor...

— ¿Ahora no dirás nada?

— No tengo nada que decir... Fué mi decisión— él me mira desagrado.

— No lo entiendo, no entiendo tú actitud... ¿Acaso tienes algo con él?— siento la rabia recorrer mi cuerpo, Adriel no tiene por qué desconfiar de mis sentimientos hacias él.

— ¡NO JODER! SIMPLEMENTE NO SABÍA QUE ÉL NO ESTABA EBRIO... ¡NO TENGO NADA CON ÉL NI CON NADIE PORQUE TE AMO A TÍ!— digo saliendo frustrada del auto por su actitud.

Limpio mis lágrimas y sin saludar a nadie simplemente subo al auto de Caro en la parte de atrás y cierro de un portón. Entierro mi cabeza en mis manos y lloro para disipar la rabia que hay dentro de mí.

Me siento con un balón de fútbol.

Solo me usan para jugar.

— ¿Rae todo bien?— escucho la voz de Caro que proviene de la parte de adelante.

Tecla a Tecla (Libro I)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora