Capítulo 27

74 15 0
                                    

En mi ciudad cuando faltan dos semanas para que termine el verano, siempre realizan una feria, donde todos los locales van y se divierten.

Para mí ha sido el mejor verano que he vivido en toda mi vida.

Adriel llegó a mi vida para cambiarlo todo, para hacerme sentir diferente. Sé que él piensa que yo lo ayudo a sanar, pero la verdad es que es él quien me ha estado ayudando a mí a salir adelante, a olvidar mi pasado y a convertirme en una nueva persona.

Me siento diferente gracias a él.

Tal vez las personas se equivocan cuando dicen que el primer amor no dura para siempre.

Tal vez lo mío con Adriel si dure por un tiempo prolongado, es decir, no quiero ser egoísta si en algún momento él deja de sentir lo mismo por mí. No quiero que se sienta amarrado a mí.

Yo solo quiero que él este conmigo por amor y no por obligación.

-Y este ¿cómo me queda? -pregunta Caro sacándome de mis pensamiento.

-Hmmm... no lo sé me gustaba más el negro- Caro se admira en el espejo, y observa cómo le queda el vestido color rosa pastel que trae puesto-Pero me gusta este.

-Pues entonces usa ese-digo encogiéndome de hombros.

-No, mejor uso el negro-dice mientras se recorre con la mirada el vestido en ella.

- Caro usa algo con lo que te sientas cómoda, es solo una feria no es para tanto-ella me mira indignada-Sabes que no puedo usar cualquier cosa, es decir, y si de nuevo nos encontramos a tu amigo Tomas.

-Taylor -corrijo- Y ya te lo dije, él no es mi amigo-ella sonríe pícaramente por el espejo-Pero por mí podrías convertirte en su amiga, y no sé hablarle sobre lo hermosa e increíble persona que es tu mejor amiga.

-Ni lo sueñes.

-Si fueras una buena amiga lo hicieras-dice mientras hace puchero.

-Y tú, si no te apuras, cuando llegue Mels te dejará, porque sabes la poca paciencia que tiene.

Ella corre a su armario de nuevo para cambiarse de vestido y ponerse de nuevo el negro.

Mientras tanto yo bajo a la cocina de Caro a tomar agua antes de que llegue Melissa y empiece a pitar con la corneta de su auto para que literalmente Caro y yo nos tiremos por una ventana, ya que ella no tendría paciencia para esperar a que lleguemos a la puerta.

Entro a la cocina y me sirvo un vaso de agua y comienzo a tomarlo, pero casi me ahogo cuando me volteo y veo Aarón recostado en una mesa que hay frente a la nevera, viéndome fijamente.

Yo no le dirijo la palabra y me termino el vaso de agua lo más rápido que puedo para poder salir disparada de ahí, justo cuando me dispongo a huir este habla...

-Rachell... Rachell...-pronuncia mi nombre lentamente-Tú y yo tenemos una conversación pendiente.

-Yo no tengo nada de qué hablar contigo-digo girándome para verlo a la cara-Oh, nadie dijo que tú tuvieras algo que decir, pero déjame decirte que yo si tengo que decirte muchas cosas-dice mientras da un paso hacia mí, y yo retrocedo.

-Bueno pues déjame decirte que no quiero oír nada de lo que tienes para decirme.

-Solo una cosa te diré por ahora, y es que estas metida en la boca del lobo-este suelta unas carcajadas y camina para irse, pero justo cuando va pasando por mi lado se detiene, y mi piel se eriza cuando se acerca mi oreja-Nos veremos más tarde...-este vuelve a reír y desaparece de mi vista.

Mi mundo se viene abajo, se supone que el trato era que no volveríamos hablar de eso, que ese tema estaba olvidado. Por qué Aarón ahora viene atormentarme nuevamente con esto, él no sabe todo lo que tuve que pasar para olvidar todo lo sucedido.

Tecla a Tecla (Libro I)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora