Capítulo 16

117 28 0
                                    

Me siento un poco incómoda. Siento un peso sobre mi abdomen y un poco de calor, no es mucho pero lo hay, abro mis ojos y entro en un momento de olvido.

Es ese momento extraño que piensas que estás durmiendo en tu cuarto y cuando te despiertas estás en otro lugar, bueno así estoy ahora.

Veo enfrente un enorme espejo muy familiar.

Besos, gemidos, sexo...

Rápidamente viene a mi mente todo, ya sé donde estoy, volteo a ver a mi lado y ahí está él, dormido tan tranquilo.

El peso en mi abdomen es su brazo sobre mí, el calor es porque él está muy cerca, no puedo evitar ponerme muy roja. Estoy en su cama totalmente desnuda y con él durmiendo a mi lado.

Con cuidado quito lentamente su brazo de mi abdomen para no despertarlo y salgo de la cama buscando como loca mi ropa, me agacho para ver debajo de la cama, pero no hay nada, me levanto y miro la cama y la vergüenza invade mi ser.

Hay manchas de sangre en la sabana.

Sangre, la mismísima prueba de mi virginidad perdida.

Mis ojos se mueven como locos tratando de buscar algo para limpiar mi sangre, pero veo que Adriel abre los ojos...

¡Ay no! ¿¡Y ahora qué hagooooo!?

Él me mira de arriba abajo— Eres hermosa— sonrío pero me toma un segundo recordar que estoy desnuda.

Él nota mi expresión de incomodidad y sale de la cama rápidamente. Puedo ver su cuerpo desnudo y sin darme cuenta me estoy mordiendo mi labio inferior, meneo la cabeza.

¿Qué te pasa Rachell? cálmate, cálmate.

Él entra en su armario y comienza a buscar algo. Sale de él y camina hacia mí, me da una de sus camisetas y uno de sus bóxers, de verdad me siento muy, pero muy avergonzada.

— Esto te debe de quedar— me dice dedicándome una sonrisa.

— Voy al baño— digo casi susurrando, él solo sigue sonriendo.

Yo camino al baño entro y tomo una bocanada de aire y la suelto lentamente, ok primero ya no soy virgen, segundo no sé dónde rayos está mi ropa y... mi teléfono, mierda dónde quedó mi teléfono, doy vueltas en el baño tratando de calmarme, pero se me hace imposible, no me siento cómoda poniéndome su ropa, no hemos ensayado nada.

Aunque creo que eso ya no importa por hoy, pero ¿qué hora serán? debo de irme a mi casa.

Aunque mis padres no estén me siento en la obligación de estar en mi casa por las noches, no lo sé pero por más que trato de convencerme creo que pasar la noche aquí no es una opción.

Lo que haré será bañarme ponerme su ropa, decirle que me lleve a casa y mañana vuelvo.

Sí claro, solo si te deja ir hoy.

Bufo y entro a su ducha, puedo sentir el agua caliente cayendo desde mi cabeza bajando por mi espalda hasta mis pies, entro en total relajación, froto mi rostro con mis manos y pienso en que él me gusta, y hablo de que me gusta de verdad, sus ojos, su sonrisa y no solo su físico, él tiene algo que me cautiva y hace que yo esté completamente a sus pies.

Demasiado cliché Rachell.

Le entregué mi virginidad, le entregué mi interés, le entregué mi atención y le estoy entregando mi corazón, solo espero que no lo destroce.

Otra vez.

Andrea, ella es nuestro obstáculo, o mío al menos, sí él y yo vamos a estar juntos ellos tienen que separarse sí o sí.

Tecla a Tecla (Libro I)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora