Capítulo 38

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Rachell Bail.

Escucho mi teléfono sonar y estiro mi brazo para tomarlo ya que he pasado el resto de la  tarde aplastada en mi cama, después de que ensayé con Adriel quedé súper agotada.

Contesto sin siquiera mirar quién es.

— ¿Hola?

— ¿Rachell dónde estás? Voy camino a tu casa necesitamos hablar— dice Adriel hablando muy rápido y nervioso.

— ¿Adriel? Sí estoy en mi casa, ¿pero qué pasa?— no escucho nada más y me doy de cuenta de que ha colgado el teléfono.

¿Qué le habrá pasado?

Melissa...

Logan...

¡Maldición!

Salgo de mi cama y bajo rápido las escaleras para esperar a Adriel en la sala, suerte que mis padres no están.

Literalmente nunca están, te tienen miedo.

Débiles humanos.

Pasan aproximadamente 10 minutos cuando escucho el auto de Adriel estacionarse frente a mi casa.

Casi de inmediato escucho como tocan la puerta desesperadamente.

Corro abrirla y Adriel entra apuntandome con su dedo índice.

— Rachell, tienes que decirme la verdad— exije él de manera retórica.

Frunzo el ceño y finjo confusión.

— ¿De qué verdad hablas Adriel?

— Rachell sabes muy bien de lo que estoy hablando.

— ¡Sí lo supiera ya te lo hubiera respondido!

— ¡DEJA DE ACTUAR DI LA PUTA VERDAD!

lágrimas comienzan a bajar por mis mejillas.

— De verdad no sé de qué me hablas...

Veo como vuelve sus manos puños, su respiración se acelera y su rostro se ha puesto muy rojo.

— DEJA DE MENTIRME RACHELL, SÉ QUE LO SABES...

— ¡QUE TE DIGO QUE NO SÉ DE QUÉ ME HABLAS!

Él se acerca a mí y veo que levanta su brazo...

Va ¿a?...

Me cubro con mis brazos, pero el golpe nunca llega, de lo contrario cuando quito mis brazos de mi rostro, veo como él cae de rodillas.

— Lo siento...— expresa con voz débil.

—¿Lo sientes? ¡IBAS A GOLPEARME! ¿QUÉ DEMONIOS TE SUCEDE?— Él solo se dedica a llorar y a decir «lo siento» una y otra vez.

Es muy tarde para eso querido Adriel.

— Largo, quiero que te vayas de mi casa.

— Rachell perdóname, yo no quise... No....

— ¡FUERA DE AQUÍ ADRIEL!— exclamo muy alterada por como se está comportando.

—Esta bien, me voy... Pero quiero que sepas que yo dejé de fingir hace tiempo— veo como se levanta del suelo y desaparece por la puerta.

No puedo creer que en serio se haya enamorado de mí.

Su padre no estará contento con eso.

***

Llevo dos semanas sin saber nada de Adriel, lo que me preocupa, ya que dentro de dos semanas es la competencia.

Tecla a Tecla (Libro I)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora