Capítulo 19

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El camino del infierno está asfaltado de buenas intenciones

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El camino del infierno está asfaltado de buenas intenciones.

Nietzsche.

Tras ver la partida de Sherlock, quien iba directo a Scotland Yard para interrogarlo. Me sequé las lágrimas, usando la manga de mi chaqueta y me separé de John. Miré seriamente a John y le contesté:

- John. Ve a Scotland Yard, yo tengo que ir a informar a Mycroft de lo sucedido. Es posible que con su ayuda podamos sacar a Sherlock de este embrollo.

- ¿Embrollo? - respondió atónito su amigo. - (T/N). Ha matado a una persona. Si por un casual, se liberase de ir a prisión. Eso no evitará el hecho de que haya arrebatado la vida de una persona. Se suponía que lo íbamos a arreglarlo juntos, pero por desgracia, el muy idiota ha preferido sacrificarse y mancharse las manos de sangre. Y lo peor de todo es que todo ese peso solo lo cargará él, cuando debería de ser los tres. - Dijo con la mirada dolida.

- Eso no es verdad, John. Yo también cargo ese peso sobre mis hombros. - Me llevé mi mano sobre mi pecho, pero John me respondió moviendo su cabeza, negando sobre lo que había dicho.

- No, (T/N). Estas muy equivocada. Lo dices porque estabas con él, pero tú misma lo dijiste. Tú ibas a dispararlo, pero Sherlock te detuvo y fue él quien lo hizo en tu lugar. Quien se manchó las manos de sangre fue Sherlock, no tú. El peso que tú sientes no es el mismo que siente él. - Bajé mi mirada. Me sentía impotente ante esta situación, pero sabía que no podía rendirme y menos ahora por lo que va a suceder en estos próximos días. - Desconozco lo que ha sucedido dentro de la mansión mientras iba a por los agentes, pero sea lo que sea que haya sucedido, seguro que lo hizo para protegernos. Regresemos a Londres juntos y cuando me baje a Scotland Yard, tú iras en busca de Mycroft.

- No. - Rechacé la propuesta de John. - Como dije antes, es mejor que vayas tú solo a Scotland Yard. Yo, de ahora en adelante iré por libre.

- ¿(T/N)? - exclamó sorprendido. - Esta bien, pero prométeme que nos veremos en Scotland Yard junto con el hermano de Sherlock.

- Lo haré.

Ambos regresamos a pie al pueblo más cercano, la única diferencia es que yo adelanté su paso de manera que yo llegué antes y cogí el primer carro hacia Londres, donde iría directo a la casa de Mycroft. Pero antes de aquello, me fui a un puesto de policía, donde tenían un telégrafo para así poder contactar de manera urgente con Mycroft, explicándome todo lo que había sucedido.

Tardé unas cuantas horas, a pesar de pedirle al cochero que fuese lo más rápido posible con una buena propina de compensación. Cuando llegué a Londres, ya se podía ver con claridad los primeros rayos de sol. Al llegar a la casa del hermano de Sherlock, Mycroft ya estaba saliendo de su vivienda con una mirada seria, entró en el coche que él había llamado. Yo, en cambio, me bajé del coche, le entregué el dinero al cochero y entré en el carro de Mycroft en seguida.

Luz y OscuridadDonde viven las historias. Descúbrelo ahora